Ya me lo decía mi vecino y amigo José Luis; -este tio está deseando irse-.
Y la verdad sea dicha, la forma de actuar del sujeto en los últimos meses ha dejado mucho que desear.
Unos cambios de jugadores con una ilógica tremenda. Unas alineaciones contranatura. Centrales por laterales teniendo laterales en el banquillo. Mediocentros por centrales. El equipo desquiciado. Faltaba agresividad (lo ha dicho Palop), jugadores inéditos a los que no le ha dado la gana poner.
Y las risitas. Maldita la gracia que me hacen esas risitas en las entrevistas.
¿Y el honor y la palabra dada?
¿Y la profesionalidad?
El pobre. Porque según nos cuenta en su web, lo pasa mal económicamente y debe mirar por su cartera y por su familia. El pobre.
Juande Ramos ha roto su palabra. Dijo que su profesionalidad le haría cumplir su contrato hasta el 30 de junio. Juande Ramos no es un tio que se vista por los pies.
No se puede dejar tirado a un equipo centenario en mitad de la competición. Incumpliendo su contrato, inclumpliento su palabra.
Con él he visto ganar al Sevilla lo que nunca imagine ver; cinco títulos, seis finales, un juego de ensueño, pero tenía en sus manos a un equipazo, a un plantillón. Mi suegro siempre me dice;
-quisiera ver a los entrenadores del Madrid y del Barcelona en el Logroñes, a ver qué ganaban-.
Y todo por culpa del dinero, del asqueroso dinero. Tienes poco y quieres más, tienes más y quieres mucho más, tienes mucho más y quieres muchísimo más. Todo está putrefacto.
Pero la vida sigue.
Dicen que las ratas son las primeras en abandonar el barco. Pero este gran navío llamado Sevilla F.C. no se hunde. Cuarentamil almas gritando cada domingo en Nervión remamos sin parar.
Como llevamos haciéndolo desde hace más de cien años. Orgullosos de nuestro escudo y de llevar el nombre de nuestra ciudad.
Juande Ramos y equipaje, buen viaje .