jueves, 29 de abril de 2010

Sevillismo solidario.

La Peña sevillista Tito Poulsen colabora con Madre Coraje en la recogida de ropa el domingo en el partido con el Atlético de Madrid.
Los aficionados podrán depositar prendas y zapatos en los puntos de recogida situados en los accesos del Estadio Ramón Sánchez-Pizjuán.
El próximo domingo, 2 de mayo, desde las 16 horas, los accesos al Estadio Ramón Sánchez-Pizjuán dispondrán de puntos de recogida en los que depositar zapatos y ropa para la ONGD Madre Coraje.
Los aficionados que acudirán al encuentro que se disputará entre el Sevilla F. C y el Atlético de Madrid podrán donar estas prendas y colaborar así con Madre Coraje. Esta iniciativa ha sido organizada por tercer año consecutivo por la Peña Sevillista Tito Poulsen y ha recibido la colaboración de la Fundación del Sevilla F.C .
Para más información:
http://www.madrecoraje.org/
Contacto:
Mª José Herrera Andana-954350536 / e-mail: sevilla@madrecoraje.org
MADRE CORAJE – Polígono Store. C/ Escarpia. Bloque 3. Naves 24 y 25
Tfno y Fax.-95.443.99.21- e-mail:sevilla@madrecoraje.org -http://www.madrecoraje.org/

martes, 27 de abril de 2010

Campeones absolutos en 1939.

En el año 1939 se disputó la “Copa del Generalísimo”. Este trofeo fue ganado por el Sevilla Fútbol Club. Siempre ha sido considerado por todos como una Copa de España.
Desde hace un tiempo la FIFA está revisando y homologando todos los títulos nacionales de las diversas federaciones. Este trabajo se le ha encomendado a la IFFHS, quien a su vez delega sus informes en organismos más próximos, geográficamente, a las distintas federaciones.

En el caso de España es el CIHEFE quien se está encargando de la revisión de nuestros campeonatos. Le ha llegado el turno de revista a este Campeonato del 39 y a los celebrados con anterioridad a la creación de la Federación Española de Fútbol. Por ahí hemos leído que se va a desposeer al Sevilla (y a los vencedores de los primeros campeonatos de España) de este título, pero la situación es distinta, en estos momentos se encuentra “en revisión”, no hay ninguna decisión tomada.

Lo mismo nos llevamos alguna que otra sorpresa agradable: ser Campeones Absolutos de España, obteniendo nuestra Copa del 39, a efectos de consideración y categoría en el IFFHS, rango de Campeonato Nacional de Liga.
En un extraordinario y minucioso trabajo de investigación, elaborado por nuestro amigo Cornelio, se ponen los puntos sobre las "ies" en este asunto. Ningún aficionado sevillista debe perderse este mágnífico documento al que pueden acceder desde ESTE ENLACE.
Que lo disfruten.

viernes, 23 de abril de 2010

El chaval de la gorra.

¿Se puede ser más feliz?
El chaval de la gorra está exultante. La felicidad y la alegría que desprende su cara transmiten un cúmulo de emociones incontroladas. Sus brazos abiertos de par en par parecen querer abrazar a todo el que sienta como él. Esgrime con orgullo y desenfreno, un heráldico emblema que representa a su ciudad y a una pasión llamada Sevilla F.C. No hay en todo el universo nadie más bienaventurado que él. La dicha más absoluta lo rodea. Comanda la satisfacción de una tropa de fieles seguidores, que sin importarle los más de quinientos kilómetros de distancia, han acudido a Chamartín de la Rosa un 30 de junio de 1935, después de un largo y tortuoso camino, bien por carreteras interminables, bien en un viejo tren de vapor con vagones de madera. Al chaval de la gorra no le importa nada. Sólo quiere disfrutar su felicidad y gozar del sueño de verse campeón de España. Él se siente parte de un entramado pasional y suyo es el triunfo.
Era nuestra primera final en el Campeonato de España, que se dilucidaba bajo la denominación de Copa del Presidente de la República. El Sevilla había doblegado al Madrid, Atlético de Madrid y Osasuna, ahora tocaba la final frente al Sabadell. La ganamos por tres a cero de la mano de Eizaguirre, Euskalduna, Deva, Alcázar, Segura, Fede, López, Torrontegui, Campanal, Tache y Bracero.
El chaval de la gorra y todo el sevillismo eran Campeones de España. Nuestro primer y ansiado título nacional.
Probablemente, ojalá me equivoque, el chaval de la gorra ya no esté entre nosotros, al igual que la inmensa mayoría de los más de cinco mil sevillistas que se dieron cita aquella tarde en Madrid y que ya gozan de un confortable asiento de tribuna en el tercer anillo.
Han pasado setenta y cinco años. En este tiempo, el sevillismo ha disfrutado de varias finales más, tanto nacionales como internacionales y seguro, que siempre hubo miles de aficionados que disfrutaron siguiendo a su equipo, tanto, como nuestro chaval de la gorra.
Ahora, de nuevo tenemos la oportunidad de disfrutar de otra final. De aquella de 1935 a ésta de 2010 sólo varían los actores, el lugar y el atrezo, porque el guión sigue siendo el mismo; el Sevilla buscando su sueño de volver a ser Campeón y una afición que nunca le dará la espalda.
Y quien sabe si de entre los miles de aficionados que colmarán el Camp Nou, aparecerá de nuevo un chaval con una gorra –o con un sombrero- , el más bienaventurado del universo, que gritará;
¡VIVA EL SEVILLA!
¡EL SEVILLA CAMPEÓN!

jueves, 22 de abril de 2010

Jueves de Feria.

Hoy es “Jueves de Feria”, jueves de farolillos de nuestra universal Feria de Abril.

Contábamos hace un año que fue un jueves de Feria, y no otro día, cuando Antonio desempolvó de un zurdazo muchos años de adversidades y penas, devolviéndonos rejuvenecidos, antiguos laureles ya marchitos por el paso del tiempo.

Yo, he borrado de mi memoria el día, el día 27, no me interesa, porque las fiestas religiosas son móviles en el tiempo, ¿hay acaso una fecha fija para el Domingo de Ramos, o para el miércoles de ceniza, o para el Corpus, o para la salida de las carretas de Triana?; no. El gol de Antonio forma parte del calendario litúrgico sevillista. Es la fiesta del “Jueves de Feria”.

Cuentan los que aquella noche estaban en el “Real”, que desde las nueve y media miles de auriculares poblaron los pabellones auditivos de los que allí andaban y que los que no tenían el susodicho aparatito, por señas, preguntaban novedades.
-Cero a cero.
Tensa calma y larga espera.
Los sueños estaban a punto de cumplirse, pero faltaba el chispazo que diera rotundidad al anhelo.

Más de pronto, en el llano de los Remedios se hizo sentir la erupción de un volcán, acompañado de un terremoto cuyo epicentro estaba al borde del área de la portería de gol norte del Ramón Sánchez-Pizjuán, y cuentan, que bajo la portada de la Feria se pararon los pulsos y los relojes. Una brutal sacudida que hizo temblar los corazones desde Pascual Márquez a Gitanillo de Triana, desde Ignacio Sánchez Mejías al último rincón de la calle del infierno.

Eran las once y media de la noche. La locura se desató en la explanada de los Remedios, allí, junto al seco cauce de los Gordales, donde la brisa nocturna traía reminiscencias de sevillismo antiguo desde Tablada…

Ya no había marcha atrás. Era el punto de no retorno. El destino estaba escrito y la leyenda renacía. El Sevilla campeaba.
La gloria era nuestra. Nada igual se había visto antes (ni se verá en muchos años) en la Feria de Sevilla. La locura. Himnos arrebatadores sonaban en las casetas;

¡¡¡ y Sevilla, Sevilla, Sevilla, aquí estamos contigo Sevilla…!!!

Miles de bufandas al viento se agitaban al son de sevillistas desatados por la euforia de un extraño bebedizo llamado Sevilla F.C.
Al rato, riadas humanas llegadas desde Nervión cruzaban la "Puerta" de la fiesta sevillana y hacían estremecer los farolillos de una feria blanca y roja.
Eso cuentan que pasó en el “Real” de la feria. Cuentan que la noche fue larga. Interminable. Una feria de leyenda.

De lo que pasó en el mágico Nervión…, no sé, harían falta cientos de buenos narradores para contarlo. Yo sólo puedo decir que vi lágrimas y miradas al cielo. Mucha emoción y gestos de complicidad. Rozábamos el cielo con la punta de los dedos.
Fue un jueves de Feria.
Aquella irrepetible noche fue un jueves de Feria.

Por eso una vez más, hoy jueves de Feria, como todos los jueves de Feria; levanto mi copa de manzanilla y brindo por el Sevilla y por ti; Antonio Puerta.

miércoles, 14 de abril de 2010

Un 16 de octubre de 1921 se estrenó el blasón.

Tal y como contábamos en nuestro artículo anterior, el propio Pablo Rodriguez Blanco, creador del nuevo escudo sevillista, en entrevista a Marca en 1955 no recordaba la fecha en la que se estrenó dicho emblema. Recuerda, eso sí, que estaban en el club gente tan representativa como Manuel Zapata y José Lafita, a los que presumiblemente entregó la obra. A continuación podemos observar la composición de la nueva Junta directiva sevillista que inició su andadura en los primeros días del verano de 1921.
¿Cuándo pudo producirse la entrega efectiva del emblema? o mejor aun; ¿cuándo se usa por vez primera el escudo sevillista con su diseño heráldico?

1 de mayo, semifinales del Campeonato de España.

La temporada oficial del Sevilla 1920/1921 finalizó tras la disputa, en los días 1 y 2 de mayo de 1921 , de la famosa semifinal del Campeonato de España frente al Athletic Club de Bilbao, partido al que corresponden las siguientes imágenes. En ellas se puede observar como el equipo lleva aun en el pecho el primer escudo circular, con las siglas SFC entrelazadas, diseñado por Juan Lafita.



“Y nos vamos de excursión”

Tras este último partido oficial de la temporada 1920/21, el equipo emprendió varias de las que entonces se denominaban “excursiones” a distintos puntos de la geografía peninsular.
Así, los días 28 y 29 de mayo juegan en Gibraltar dos encuentros; ante al Britannia y ante el Prince of Wales. A mediados de junio se viaja rumbo a Lisboa donde se disputan otros dos encuentros y desde Portugal la gira continua hacia Asturias, donde desde finales de junio hasta primeros de julio hay varios enfrentamientos con equipos asturianos.

Y se da por concluida la temporada.

El Reina Victoria reformado; uno de los mejores campos de España.
La ausencia de partidos del Sevilla Football Club en terreno propio aquel verano de 1921 pudo deberse sin duda a los trabajos de reformas que se realizaron en el campo de la avenida de la Reina Victoria. La nueva junta directiva que había tomado las riendas del club en junio del mismo año decide dotar al campo sevillista de unas nuevas instalaciones, más cómodas y modernas, que transformasen el campo de deportes del decano hispalense en uno de los más importantes de España.


Manuel Zapata, secretario del Club, en carta enviada al jugador Ismael Rubio, relata lo siguiente;
“La caseta y el campo presentan ahora un aspecto soberbio y puedo asegurarte sin exagerar que es uno de los mejores de España. Tenemos dos cuartos con dos magníficas duchas…”

Inicio de la temporada; debut frente al Casa Pía Atlético Clube.
La temporada 1921/1922 se inicia en octubre con la inauguración de las importantes reformas del campo, enfrentándose al equipo luso del Casa Pía, equipo fundado en 1920 y que en su primer año de historia se proclama campeón del Campeonato de Lisboa (1920/21)

Los días 16 y 18 de octubre del año 1921 tiene lugar el doble enfrentamiento.
Toda la prensa nacional se hace eco de un evento tan destacado, sobre todo por las estupendas reformas en las instalaciones deportivas. Se ganan los dos partidos por 3-0 y 4-0 respectivamente




El honor del primer gol en el partido inaugural de la temporada en el reformado estadio fue para León. El primer gol...

El segundo, un precioso tanto de Kinke.

¡¡Y el tercer gol de córner!! Obra de Escobar.

Como dato anecdótico podemos destacar que Spencer resultó lesionado…el primer lesionado...

En la imagen anterior, un momento del primer encuentro y en la posterior una instantánea de los dos equipos posando para la posteridad.
Spencer fue el primer lesionado y León marcó el primer gol con el nuevo escudo del Sevilla Foot-ball Club, porque efectivamente, como habrán comprobado en esta fotografía del partido, celebrado el 16 de octubre de 1921, aparece por primera vez en la historia el escudo diseñado por Pablo Rodríguez sobre la blanca camisola sevillista.

La profunda reforma sometida al estadio de la avenida de la Reina Victoria vino acompañada del estreno del nuevo emblema. Un escudo representativo de la ciudad de Sevilla, con sus colores y su blasón, un emblema que recogía las siglas de identidad de la Sociedad entrelazadas como herencia del pasado y reivindicando con un balón su signo deportivo.
Señalar, que aunque la fecha del estreno de nuestro escudo podemos darla por buena el 16 de octubre de 1921 por ser la primera vez que se luce en el pecho, no es menos cierto y en honor a la verdad, que la investigación no podemos cerrada. Entre ese primero de mayo de 1921 donde veíamos el antiguo escudo y este 16 de octubre se realizan varias excursiones…
Sea como fuere aquel 16 de octubre de 1921 se dio el pistoletazo de salida a todo un símbolo del sevillismo; a su escudo. Un escudo elegante y maravilloso, un emblema heráldico, un blasón testigo de tantos y tantos triunfos del Eterno Campeón de Andalucía.

Dejémonos de líneas curvas cóncavas horizontales en su parte superior, unidas por el centro y continuadas por sus extremos hasta abajo por otras dos líneas curvas menos pronunciadas y más largas que las anteriores, que confluyen hacia el centro en un único punto de unión en su parte inferior de manera que existe un único vértice en su parte inferior y tres en la parte superior...

Y demos a su diseño la definición heráldica que se merece;

"Es un escudo suizo, medio partido y cortado. En el primer cuartel, en campo de plata, un rey sentado en un trono, surmontado de un baldaquín de oro y gules, con espada en la diestra, en su mano siniestra un mundo de azur con ecuador y semimeridiano de oro, sumado de una cruz de lo mismo; a ambos lados, obispo sentado con mitra, báculo y capa de plata, y con libro. En el segundo, sobre campo de plata, enlazadas las letras ese, efe y ce, en gules. En el tercero, campo de plata rebatido de cinco palos de gules. Escusón redondo en el corazón con un balón de época leonado."

jueves, 8 de abril de 2010

Los escudos del Sevilla F.C.

Con motivo del cincuentenario del Sevilla F.C. se publicó en el diario Marca, en marzo de 1955, un interesantísimo reportaje donde se recogieron las palabras de los creadores de los escudos que el decano del fútbol hispalense ha tenido en su más que centenaria historia; Juan Lafita y Pablo Rodríguez.

EL PRIMER EMBLEMA, DE LAFITA, FUE REDONDO.

Juan Lafita reconoce que fue el autor del primer escudo;
“Fue mío, como lo fue también el primer cartel, a requerimiento de mi hermano Pepe”
El genial artista sevillano recuerda que por ambos trabajos no obtuvo ni un solo céntimo y que “fueron caprichos de su hermano” (José Lafita) que era un apasionado por el fútbol y por los colores del Sevilla.
Sobre el primer escudo nos cuenta;
“Es redondo: un círculo, especie de balón en cuyo centro aparecen entrelazados, en rojo, el anagrama del Sevilla Football Club”.

“Sobre el argumento del cartel, puedo señalarte que pinté a mi hermano con el uniforme de jugar, en posición arrodillada, manteniendo el balón entre las piernas y apoyándose en él. Al fondo se veía la portería y ocupaba la mitad del lienzo el campo, con las líneas blancas del juego”.
El cartel se enmarco y se expuso en el escaparate de un establecimiento sevillano. Fue el anunciador del partido benéfico disputado en el hipódromo de Tablada, a finales de enero de 1909, con destino a los damnificados de la catástrofe de Mesina, en el sur de Italia.

EL ESCUDO SUIZO DE PABLO RODRÍGUEZ.

El escudo diseñado por Juan Lafita perduró hasta principios de los años veinte y fue sustituido por el creado por Pablo Rodríguez Blanco. El mismo citado autor cuenta el desarrollo del escudo y como fue su creación.
El reportero de Marca fue a entrevistarlo a su lugar de trabajo; era empleado de la Compañía Abastecedora de Aguas de Sevilla, la empresa heredera de la Seville Water Work Company Limited, el “agua de los ingleses” de donde salieron muchos jugadores del Sevilla F.C. de 1890 y de 1905…

“Y fuimos a ver a don Pablo Rodríguez.
Don Pablo nos explicó:
- Sin recibir encargo de nadie ni del Club, del que yo era socio, ni de ningún amigo afecto del mismo- pergeñé el actual.
Pensaba que al emblema representativo le faltaban detalles. Faltaba completarlo. Añadirle el escudo oficial de la ciudad y las barras con los colores de ella, que eran –y lo son- los del Club. También creía oportuno estilizarlo, dándole una forma más heráldica, en principio esbocé dos: una muy similar al que usa el Barcelona Club de Fútbol, y el que ahora existe. Después, sin consultarlo, opté por este, y un buen día entregué el dibujo completamente terminado. Coloreado y todo. Como aparece.
- ¿Lo admitieron?
- En aquella época no había tantos formulismos y lo aceptaron en el seno de la entidad sin dilaciones.
- ¿En qué época acontecía?
- No lo recuerdo. Posiblemente, por las actas de aquellas fechas se puede saber con exactitud. Pero creo difícil investigarlo. Eran documentaciones que, generalmente, no se empolvaban. Lo único que recuerdo es que volvía a tener noticias de la misma hasta que no lo vi esmaltado. Se había hecho una serie de ellos en Alemania. Tuve que comprar uno para guardarlo. Meses después la Junta directiva decidió regalarme otro especial que todavía conservo como recuerdo.
- ¿Se usaban en los uniformes de los jugadores?
-Desde el primer momento. Claro que en los primeros eran de papel y cartulinas; pero después bordados...”

Observarán que de motu propio Pablo Rodríguez, que era socio del Sevilla, piensa que el emblema redondo no es representativo de una entidad deportiva pues le faltan elementos diferenciadores.
Entiende que el escudo del Sevilla debe llevar signos distintivos de la ciudad y por ello pone el escudo de Sevilla y las barras con los colores de la misma (rojo y blanco) que ya llevaban los viejos títulos de socios conocidos al menos desde 1911.
Y esboza dos diseños.
Los dos se basan en escudos heráldicos, un diseño con el escudo polaco y el otro con el suizo. El emblema definitivo fue un escudo suizo puro, con proporciones exactas. De igual forma ensayaría con el escudo polaco, muy similar al del Barcelona, no dice que usara exactamente el del club catalán, sino uno muy similar y más heráldico; un escudo polaco puro.
En ambos sitúa los cuarteles a imagen y semejanza del FC Barcelona, si bien centra el balón en la intersección de los cuarteles.

-Recreación del posible diseño sobre el escudo heráldico de morfología polaca y el diseño suizo que fue el que finalmente presentó Rodríguez Blanco a la directiva sevillista-

Una vez realizados, le gusta más el suizo por ser más estilizado y lo presenta a Zapata que era el secretario del Club.
En el Club, se conserva uno de esos escudos esmaltados en Alemania de los que se habla en la entrevista. Se adquirió junto con el original en papel y se custodian con mimo en el museo del Ramón Sánchez-Pizjuán.

El MARCADOR DEL VIEJO NERVION.
Pablo Rodríguez también fue el diseñador del antiguo marcador del estadio de Nervión, que sobrevivió al menos hasta 1955, fecha de la realización de la entrevista que nos ocupa.

LA FECHA DEL ESCUDO DE PABLO RODRIGUEZ.

Es una de las incógnitas que hasta ahora ha tenido nuestro escudo ¿Cuándo se ejecuta y se luce por vez primera?
Sobre este tema, el autor del emblema confiesa:
“Realmente, no se puede precisar concretamente de cuando data, únicamente puedo recordar que por entonces eran elementos preeminentes del club los Sres. Zapata, D. Fermín y D. Manuel”. Y a José Lafita, añadimos nosotros.
Esta claro que se estrena a principios de los años veinte. Tradicionalmente se ha venido hablando de 1922, pero ¿hay certeza de ello? ¿existe una fecha concreta de 1922? ¿quizá es de 1923? ¿a lo mejor de 1921?...
Permanezcan atentos al Voladizo. Muy pronto desvelaremos la incógnita.


NOTA; Mi más sincero agradecimiento a D. Agustín Rodríguez, historiador oficial del Sevilla F.C.

domingo, 4 de abril de 2010

Cuatro renglones de Spencer.

Abril de 1922.
Como cada año, la nieve de la primavera sevillana había vuelto a aparecer cubriendo las copas de los naranjos amargos que soñaban la travesía de sus néctares rumbo a Gran Bretaña. Los palcos de la plaza de La Constitución se levantaban tablón a tablón, puntilla a puntilla, preparando los desfiles procesionales que se avecinaban bajo la atenta mirada de la Giralda, cuando de repente, un carpintero de la Cava que allí se afanaba ganando su jornal giró la cabeza y le vio.
-Adiós Enrique.
Enrique se paró junto a él, se cuadró y levantándose el sombrero con su mano izquierda inclinó la cabeza al tiempo que le estrechaba la diestra.
- Buenos días Rafael, miarma. ¿Cómo estás?
- Aquí, terminando esto, aunque no sé para qué, porque este año se mojan las cofradías…el Cachorro no se salva. Fijo. Abril aguas mil, ya sabes.
Enrique le dedicó una sonrisa y prosiguió su camino hasta el American Bar, establecimiento que hacía esquina con General Polavieja y lugar donde se reunían los directivos, jugadores y aficionados sevillistas.
Sentado en una vieja mesa con tapa de mármol Manuel Zapata Castañeda terminaba de escribir una carta.
Zapata Castañeda fue uno de los socios oficializadores del Sevilla F.C. en 1905 y en abril de 1922 era secretario de Club bajo el mandato de Carlos Piñar.
Zapata invitó a Enrique a sentarse a la mesa y le leyó la carta que acababa de escribirle a Ismael Rubio, jugador del primer equipo del Sevilla y que estaba prestando el servicio militar en la guerra de África. Le contaba en la epístola los pormenores del equipo, de los resultados en los últimos partidos y de los próximos enfrentamientos, le ponía al corriente de la marcha del Club y le rogaba que se cuidase.
-Dale recuerdos de mi parte- dijo Enrique.
-Hazlo tú mismo- espetó Zapata, entregándole el objeto que acababa de sacar de su bolsillo; una nueva estilográfica Parker Duofold de color rojo anaranjado.
Mientras Enrique escribía, Manuel Zapata miraba al cielo a través de los cristales y susurraba;
-Este año se moja el Cachorro.
Enrique firmó su pequeño texto, se despidió y se fue.
Zapata lo leyó;

Marzo de 2010.Los últimos estertores de un duro y lluvioso invierno han concluido.
Domingo soleado en Tomares. La primavera en el Aljarafe sevillano vuelve por sus fueros.
Una “caja mágica” es mostrada a unos ilusionados amantes de la historia, a unos apasionados sevillistas. La caja encierra tesoros que ponen la piel de gallina; fotos, documentos, títulos de socios, cartas…
La información se devora sin masticar, se engulle, se traga a chorros, se acumulan las sensaciones, algo parecido al síndrome de Stendhal nos atenaza, tanta belleza y emoción de golpe crean una sobredosis que te deja sin poder de reacción y casi aturdido.
La familia del jugador Ismael Rubio nos enseña los recuerdos del grandísimo equipier sevillista. Muchas cartas recibidas desde su Club del alma, algunas de cuando estaba en la guerra de África. Cartas firmadas por Sánchez-Pizjuán y por Manuel Zapata. Cartas de los años veinte que vuelven a ver la luz noventa años más tarde.
Nadie muere del todo mientras se le tenga en el recuerdo.
Y estando en esas, de entre las cartas, aparece una que nos llama la atención por tener una letra diferente. Un escalofrío nos recorre la espalda al leerla y descubrir la firma.
A buen seguro que el bueno de Ismael la leyó y releyó una y mil veces y se aferró a ella como a un ancla que le mantuviese amarrado al recuerdo del amigo que marcharía poco después al "cielo de la gloria sevillista".
Abril de 1922. Viernes Santo.