martes, 30 de noviembre de 2010

Los "pollitos" de Monardes.

Hoy, en su Recuadro de ABC, nos cuenta Maese Burgos;
El sevillano no sabe ni quién fue Monardes, ni dónde está la calle Monardes. Y mira que en plena calle Sierpes, por la esquina de Azofaifo, unos azulejos recuerdan que allí estuvo el jardín botánico de este médico sevillano del XVI, sabio que recién descubierta América publicó su «Historia medicinal de las cosas que se traen de nuestras Indias Occidentales». Y si el sevillano no sabe quién fue Nicolás Monardes, menos por dónde cae su calle…
-Pues no lo sabrá Vd. Mr. Burgos, porque el sevillismo sabe de sobra donde está la calle Monardes.
Es costumbre en el ínclito periodista tirar de su habitual vena poética para descubrirnos una Sevilla por pocos conocida y casi enigmática. Cuenta cuentos partidistas pegando su prosopopeya a un redil interesado y elevándose sobre el mundo de los mortales como garante de una sevillanía por pocos conocida, pero casi siempre se le encharca el césped de los recuerdos con cuatro gotas y media. Porque por Monardes, no sólo salían nazarenos camino de San Lorenzo o poetas de Mediodía huyendo de los débitos monetarios. Por Monardes salían y entraban también, impetuosos, por la puerta trasera del Centro Mercantil, unos jóvenes sevillanos deseosos de regenerar un espíritu que se había anquilosado en unas pautas trasnochadas y decadentes, unos jóvenes que buscaban en el sport el desarrollo físico e intelectual de un nuevo hombre, más acorde con los aires de libertad y modernismo que ya afloraba por Europa.
Más quisiera Maese Burgos que esos jóvenes hubiesen sido estudiantes de carreras militares, aunque tuviese que transformar, poéticamente por supuesto, las estrellas de las bocamangas en astros de la ilusión de una cabalgata aun no inventada. A su pesar, esos jóvenes llevaban el orgullo de ser los primeros en traer el fútbol a nuestra ciudad, los primeros en correr detrás de una pelota de cuero. Los primeros en pasear el nombre de Sevilla con un anagrama anclado a su pecho, junto al corazón. Un escudo con tres siglas rojas entrelazadas; S F C, Sevilla Football Club.
Imperdonable su olvido.
Los “pollitos” de Monardes.
Así nos lo contaba Luis Ybarra.
Los “pollitos” de entonces nos reuníamos en una cervecería que había en la Puerta Jerez, desaparecida con el ensanche, y en el Café Nevería del Teatro-Circo Eslava, que estaba en lo que hoy es el Hotel Alfonso XIII. En aquella reunión nació la idea de formar un equipo de fútbol, pues varios de los que la constituían lo habían practicado en el extranjero durante sus estudios, y así puede decirse que quedó fundado el Sevilla F.C., aunque más tarde se cumplieron los trámites para legalizar la sociedad en el Gobierno Civil.
Esos jóvenes no eran otros que José Luis Gallegos, Hamick, Wood, Mackensie, los hermanos Zapata, los hermanos Alba, los hermanos Lafita, los hermanos Matta, Angel Leaniz, Manuel Jiménez de León, Medina de Tagore, Emilio Bezard, Domingo de Caso, Valenzuela, Benito Romero, García Martínez, Antonio Avilés, Álvaro Rivas, Juan Mejías y muchos otros.
Y todo el proceso de oficialización del Sevilla F.C. se llevó a cabo en el Centro Mercantil -Circulo Mercantil de nuestros días- cuya entrada principal estaba (y está) en la calle Sierpes. Allí se reunirían los primeros socios del Sevilla F.C., esos “pollitos" a los que Burgos olvida, en los salones de una casa que no les sería del todo desconocida. A la calle Monardes daba (y da) una puerta trasera del Mercantil. Una calle discreta, estrecha y casi escondida, por donde los jóvenes sportmen sevillistas accederían al local.
Es probable que por esa entrada molestasen menos con sus algarabías de juventud, sus sueños de igualdad –todos tendrán aquí cabida-, su esperanza de un mundo mejor y gritando sin duda
¡Viva el Sevilla Football Club!

domingo, 28 de noviembre de 2010

El sevillismo de Gerena.

La noche del pasado viernes tuvimos el honor de visitar a los sevillistas de Gerena en su magnífica Peña. Un santuario donde se respira sevillismo por todos los rincones y donde unas gentes de incalculable valor humano nos dieron una extraordinaria acogida.
Cumple cincuenta años de existencia. Cincuenta años de vicisitudes, de alegrías y de momentos más complicados, pero haciendo gala siempre de un sentimiento por los colores del Eterno Campeón de Andalucía digno de alabanza.
No es fácil mantener encendida durante tantos años consecutivos la llama del sevillismo en un pueblo de apenas siete mil habitantes. Tampoco es sencillo sobrevivir a las muchas mentiras y leyendas urbanas que por los pueblos andaluces se cuentan del Sevilla F.C., utilizándose éstas como armas arrojadizas para menospreciar y vilipendiar la pasión por unos colores.
Debe ser duro. Por ello el mérito es aun mayor.
Celebran sus bodas de oro en clave sevillista. Están organizando diversos actos y conferencias. Entre ellas una sobre nuestra historia. Agustín, Juan, Carlos, José Manuel y un servidor tuvimos el privilegio de ser invitados. Intentamos, ante una atenta y sabia audiencia, dar información clara y lo más precisa posible sobre nuestros orígenes; nuestros primeros años; los oscuros y tergiversados momentos de la Guerra Civil y la postguerra, los difíciles años sesenta (coincidentes con el nacimiento de la Peña). Repasamos también los muchos momentos de gloria y la mucha plata levantada. Todo en un clima cordial y agradable.
Muchas gracias a todos los que hicieron posible con su presencia una inolvidable velada.
El sevillismo tiene profundas y asentadas raíces en Gerena.
Felicidades.

martes, 16 de noviembre de 2010

Una divertida foto de 1922.

Siempre me fascinó esta foto.
El gran Manolo Ocaña apoya con la cabeza todo su cuerpo en el balón, y éste se mantiene en increíble equilibrio sobre un compañero. Un leve movimiento hubiese provocado el desplazamiento del esférico y el posterior y terrible cabezazo. De locos...o de gente que le gustaba divertirse.
Y jugar al fútbol.
El partido corresponde al Campeonato de Andalucía.
Domingo 5 de noviembre de 1922. Campo del Patronato.
El Eterno Campeón de Andalucía doblegaba por enésima vez a su eterno rival; el Real Betis Balompié. Por seis a uno, o mejor dicho, por uno a seis.
De la mano de El Noticiero Sevillano les dejo un resumen de la crónica del partido. Recomiendo que la lean y disfruten de algo que era habitual por aquellos años. La "Linea del Miedo" en todo su esplendor, arrasando y goleando.
Como dato curioso al Sevilla en ese partido le faltaba Spencer, que estaba en el Español de Barcelona desde ese verano del 22. Regresaría en diciembre de ese mismo año. Una truculenta historia de traspasos, placets, nacionalismos, antiseparatismos, política y orgullo que les contaremos un día de estos.
Y ya no escribo más.
Ya está escrito desde 1922.










sábado, 13 de noviembre de 2010

1909. La alternancia en la nave sevillista.

Poco a poco, pieza a pieza, vamos completando el puzzle de nuestra apasionante historia.
Con documentos sacados de la prensa de aquellos años -en tiempo real que diría el otro- podemos contar con las que probablemente fuesen las cuatro primeras directivas del Eterno Campeón de Andalucía.
No obstante, no podemos cerrar la puerta a que futuras investigaciones aporten nuevos datos concernientes sobre todo a los años 1906 y 1907. A expensas de lo anterior podemos ir trazando la composición de los rectores del Club en los primeros años.

Septiembre de 1905.

Junio de 1908.

Vimos en un post anterior las dos primeras directivas que rigen los destinos de la Entidad tras su oficialización en 1905. En junio de 1908 Carlos García Martínez se hace cargo de la presidencia sevillista ocupándola hasta los primeros días del mes de febrero de 1909, justo después del exitoso partido pro-damnificados por el terremoto de Messina.
Como dato curioso, en el palco de honor del hipódromo de Tablada y presidiendo el citado partido de Messina, junto al Duque de Orleans, no aparece García Martínez sino José Luis Gallegos, el motivo era obvio; García Martínez no podía estar en el palco porque estaba en el campo jugando el partido.

En cambio si aparece presidiendo el banquete con el que se celebró el evento aquella misma noche en el Pasaje Oriente.

Febrero/marzo de 1909.
El 9 de febrero de 1909 encontramos en la prensa local el anunció de una nueva reunión en la Sociedad Sevilla Football Club. En el orden del día; elección de nueva junta directiva. José Luis Gallego es nombrado de nuevo presidente.

Mes y medio después (aparece la nota el 31 de marzo en El Liberal) se recompone esta junta salida en febrero de 1909. El motivo viene dado por la renuncia de Adolfo Bernal al cargo de Secretario, ya que por sus muchas ocupaciones no podía dedicarse a los trabajos propios del mismo. Se propone, para ocupar el puesto vacante, elegirlo de entre una terna de socios; García Martínez (expresidente), Lacave y Zapata, los cuales no aceptaron. Se acordó entonces someterlo a votación, resultando elegido casi por unanimidad el Sr. García Martínez.
La junta directiva quedó con la siguiente composición:

Podemos ver en el artículo anterior como se mantienen los cargos de capitanes de los equipos, si bien no se reflejan sus nombres. También aparece un nuevo cargo; “jefe de material”.

Octubre de 1909.

Sólo seis meses más tarde se elige una nueva junta directiva.
Vuelve a salir como presidente Carlos García Martínez. Sólo se mantienen de directivas anteriores José Lafita y Carlos Lecomte. Entra de nuevo savia británica con la figura de Cirilo Smith Robinson (ingeniero de la empresa Sevilla Water Works Co. Ltd.).

Nueva alternancia en el mando de la nave sevillista.

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Seguimos investigando.

martes, 9 de noviembre de 2010

El túnel de San Bernardo


Los que me conocen saben que no uso móvil. Tampoco reloj. Para mí, en los tiempos que corren eso no es un hándicap, es más bien una liberación. Y aunque no lo crean siempre llego a tiempo a todas partes y estoy al tanto de todo lo que me interesa. Háganme caso, es más cómodo y menos estresante.
Como lo es también ir al “Coliseo Sevillista” en metro. Te evitas el soportar los eternos atascos de esta ciudad llamada de las personas…
En el metropolitano hispalense, o en el cachito de metro que tenemos, te encuentras camino de Nervión desde un tipo raro llamado José Manuel hasta un talibán de las ondas de nombre Jesús.
Son momentos –esos de discurrir bajo tierra camino del Sánchez-Pizjuán- que me traen a la memoria la nostalgia de un tiempo pasado, de granos en la cara, impermeable azul con gorro de boina y camaradas que compartíamos un “Goya” o “UnX2” .Cualquiera sabe por dónde andarán los amigos de esa aventura llamada adolescencia.

Porque hace más de treinta años ya usábamos un túnel para llegar a Nervión.

Algunos al leerme estarán recordando con añoranza, otros se sorprenderán, pero sí, antes recorríamos un túnel para embriagarnos de las esencias del Eterno Campeón de Andalucía.
Desde Triana para ir a ver a nuestro Sevilla teníamos dos alternativas. Si hacía buen tiempo íbamos andando; Puente, Adriano, Catedral, Mateos Gago, Fabiola, Puerta la Carne, Puente de San Bernardo y Eduardo Dato. Los días de lluvia tomábamos el autobús de la línea 6 (¿o era el 7?) que nos dejaba en Menéndez y Pelayo delante de los juzgados. Buscábamos entonces la estación de Cádiz para transitar por el desaparecido túnel de San Bernardo, un pasadizo subterráneo que atravesaba el tendido del ferrocarril y que comunicaba la calle San Bernardo con la glorieta de acceso a la estación. De allí seguíamos por las estrechas calles del barrio de los toreros hasta la tapia de la Buhaira y de ahí a Eduardo Dato.
No he corrido más -ni más rápido- en mi vida, que por aquel angosto túnel de apenas dos metros de ancho por dos de alto, siempre mal iluminado y sucio, que nuestra mente quinceañera asemejaba a un pasadizo secreto de leyendas de otros tiempos. Siempre nos pasaba igual, cuando estábamos a mitad del túnel mirábamos hacia atrás y veíamos a contraluz la figura distorsionada de cualquier otro usuario del túnel, como un fantasma que nos perseguía…y pies para que os quiero. Nos aterrorizaba y nos encantaba. ¡Qué bien nos lo pasábamos!
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La construcción del tendido ferroviario en el S.XIX dejó al barrio de San Bernardo
aislado y con serios problemas de comunicación con el resto de la ciudad . Unas fuertes y justificadas quejas vecinales en 1861 , motivaron las construcción de un túnel subterráneo que comunicaba la calle San Bernardo con la Avenida de Cádiz.

A continuación vemos distintos planos de finales del S.XIX y principios del S.XX donde se recoge la situación del túnel.

1º.-Plano de Juan Talavera de 1890.
2º.-Plano de Antonio Padura y Manuel Vega de 1891.

3.- Plano de Ángel Pulido de 1902.

4º.- Plano de los años veinte. Al igual que los anteriores obtenidos de la web de la Gerencia de Urbanismo del Ayuntamiento de Sevilla.

Y ahora sobre fotos actuales:


La salida del túnel daba al lateral de un colegio en la calle San Bernardo.


Lugar de atracos, desde siempre, motivó innumerables quejas en los vecinos de la zona y así, la prensa de 1933 se hace eco del lugar por los despropósitos que en él ocurrían.

Y además, tras las arriadas se volvía intransitable.

Pero no quita para que lo mantengamos en el recuerdo de los que lo conocimos. El túnel más transitado por el sevillimo; para acudir desde San Bernardo al Mercantil, y desde el centro o Triana al Nervión o al Sánchez-Pizjuán.

Un pedacito de nuestra historia.

¿Y usted, amable lector, se acuerda de él?

viernes, 5 de noviembre de 2010

El yate Mekong.

En los primeros años, tras la oficialización del Sevilla Football Club, lo difícil era encontrar un rival. Al principio los encuentros eran entre los propios componentes de la Sociedad e incluso se estableció la costumbre de organizar los bandos según su nacionalidad; extranjeros contra españoles. Conocido es que el único rival a mano por aquellos años era el Recreativo de Huelva. La constitución de la Sociedad Sevilla Balompié a finales de enero de 1909 y la aparición de otros clubes en 1910 trajeron sin duda el concepto de competencia. Ya había rivales con quien medir las fuerzas. No obstante lo anterior, la llegada al puerto de Sevilla de algún vapor de otras latitudes, en el que su tripulación fuese aficionada al football y lo practicase, no era desaprovechada para “desafiarle” a un match.
El Yate Mekong.
Aparece en todas las historias escritas sobre el Sevilla F.C.; “el Sevilla se enfrentó a la tripulación del yate Mekong en enero de 1913…”
Pero ¿qué sabemos realmente de aquel barco de nombre tan exótico y de aquel partido? ¿Era un barco inglés? ¿Qué hacía en Sevilla? ¿De donde eran sus tripulantes? ¿A quién pertenecía?
Intentaremos arrojar un poquito de luz al asunto.
El yate Mekong era propiedad de Fernando de Orleans y Orleans, duque de Montpensier. Este miembro de la realeza española y francesa había estudiado a principios del siglo XX los secretos y las técnicas de los mareantes en escuela naval de San Fernando y era, por ello, un hombre de mar. Fue guardia-marina en el buque escuela Nautilus. Dio varias vueltas al mundo en distintos navíos, determinando rutas marítimas y terrestres así como trazados de carreteras por distintos países asiáticos y africanos. Su amor por la aventura, y la antropología le llevó al estudió de las costumbres de muchas razas salvajes.
Era hermano de la reina Amelia de Portugal y del duque de Orleans -Presidente honorario del Sevilla F.C. tras presidir el partido de Messina- y fue un famosísimo cazador, llegando a escribir varios libros sobre sus grandes cacerías en Indo-China y en todo el Extremo Oriente.
El duque de Montpensier adquirió el yate Mekong en febrero de 1912 y tras su compra emprendió una nueva vuelta al mundo. Desconocemos la bandera y la nacionalidad del barco pero supuestamente debió ser española, ya que el duque solía vestir uniforme de la Armada española, aunque no es descartable que también pudiese ser de bandera francesa o inglesa. Arribó al puerto de Sevilla el 19 diciembre de1912. Días antes había zarpado desde Almería con rumbo a la ciudad de la Giralda con la intención de visitar a su madre.
Vemos arriba al duque de Montpensier en la popa de su yate a su llegada a Sevilla y abajo, acompañado de su madre la condesa de París, Isabel de Orleans y Borbón, nacida en el sevillano Palacio de San Telmo, y hermana de María de las Mercedes, esa de la que decían que era una dalia que cuidaba Sevilla en el parque de los Montpensier…

Estas fotografías fueron tomadas en los últimos días de diciembre de 1912 y tras ellas, la Condesa de París marchó al palacio que los Orleans-Borbón tenían en Villamanrique y el Duque de Montpensier por su parte, tomó un tren rumbo a París con escala en Madrid.
El Mekong quedó atracado en el puerto sevillano al cuidado de su capitán, de origen británico, Mr. Morton. Suponemos por ello, que gran parte de la tripulación tendría también origen anglosajón.

A los pocos días de la llegada del Mekong un gran acontecimiento tenía lugar en Sevilla.
El 1 de enero de 1913 se inaugura el nuevo campo del Sevilla Football Club en el prado de San Sebastián; el llamado campo del Mercantil.

A la inauguración fueron invitados, entre otros muchos, parte de la tripulación del Yate Mekong con su capitán Mr. Morton al frente. No fue posible la presencia, como así estaba previsto, de los miembros de la familia Orleans, entre otras cosas porque el duque estaría muy atareado preparando un pretendido desembarco de armas en Albania, que conllevase la sublevación del país y su proclamación como Príncipe Soberano.

Sí asistieron muchos otros personajes ilustres de la ciudad. El Sevilla Football Club nombró al efecto una comisión de socios, a cuya cabeza aparecía el propio presidente José María Miró, que iban invitando a las distintas autoridades locales y provinciales. Esa comisión, además del presidente, la componían los Sres. Escandón, Zapata y García Borbolla, como queda reflejado en el siguiente artículo del que me gustaría enfatizar dos pormenores;
1º) El retraso habitual de las noticias de prensa. El artículo aparece el mismo día del partido cuando debió salir publicado el día anterior.
2º) La presencia entre los representantes sevillistas de Eladio García de la Borbolla.
Y ahora yo me pregunto, Sr. Rodríguez de la Borbolla y Camoyán (D. Pepote);
-¿no decía usted que no había tenido ningún sevillista en su familia?

El partido inaugural lo disputaron dos bandos formados por socios sevillistas; un equipo que vestía a franjas rojas y blancas y otro cuya indumentaria era la habitual; totalmente de blanco.
En el descanso del encuentro se obsequió a las personalidades invitadas una magnífica merienda-lunch de la que sin duda participaron los jugadores, por eso no es de extrañar el bajón de juego en la segunda parte. El partido finalizó con empate a uno y un desfile que resultó brillantísimo, amenizado por una banda de música.

Los equipos "rojo" y "blanco" posando para la posteridad.


Fue todo un éxito de crítica y público el estreno del nuevo recinto deportivo sevillista.

Pero volvamos a nuestro yate.
Sin duda, la presencia de los tripulantes del barco Mekong en aquel espectáculo les incitó a que retasen a un desafío a la “Sociedad de Football Club”.
Y así fue.
El encuentro se preparó para el domingo 5 de enero de 1913 y fue arbitrado por el propio capitán Morton.
Para “Goal Keeper”,el cronista de El Liberal de Sevilla, el encuentro transcurrió y finalizó con el resultado de uno a dos para los visitantes y sin incidentes dignos de mención, excepto el segundo gol marcado por los del Mekong, en claro fuera de juego y muy protestado por el público. Según parece, “Goal Keeper” se trataba de uno de los hermanos Gutiérrez del Sevilla Balompié.
Pero en otros periódicos nacionales se dio una visión totalmente distinta de lo sucedido en aquel partido.
Todo pudo haber terminado como el rosario de la aurora tras el incidente provocado por un marinero inglés que pretendió agredir a un equipier sevillista.
La sangre no llegó al río. Tampoco era plan de crear un conflicto diplomático y menos aun estando la casas reales de España y Francia de por medio, así como la numerosa colonia inglesa de residentes en Sevilla.El partido se declaró nulo y todos en paz.

Y tras el partido ¡todos al Pasaje Oriente! como era costumbre arraigada en el club decano hispalense.

Un año más tarde estalló la Primera Guerra Mundial. No tardó ni dudó el duque en poner su barco a disposición de los aliados.
Cualquiera sabe con qué pretensiones.
Pero eso ya es otra historia.