miércoles, 30 de junio de 2010

75º aniversario de la Copa Presidente de la República.


Felicidades sevillistas.

Tal día como hoy hace setenta y cinco años ganamos nuestro primer Campeonato de España. Lo hicimos por partida doble. A lo grande.

Los que consiguieron aquel doblete merecen, por tanto, nuestra mayor consideración, nuestro más absoluto respeto. Son un orgullo de Nervión. Todos debemos sentir la alegría del recuerdo de aquellos héroes que trajeron a la sombra de la Giralda aquellos dos títulos nacionales para mayor gloria de Andalucía.

Desde este humilde Voladizo hemos rendido tributo a los momentos más destacados de aquel glorioso campeonato.

Hemos recordado en siete artículos los;


Me quedo corto. Nada es bastante para enfatizar la importancia de aquellos triunfos del 30 de junio de 1935. Ha sido un placer bucear por los ríos de tinta que nos dedicaron en todos los diarios nacionales y descubrir la hiel que algunos tragaron, pero sobre todo, constatar la satisfacción y la alegría absoluta de una ciudad rendida ante el decano del fútbol hispalense.

Han pasado 75 años y cosas del destino; lo celebramos con otro Campeonato de España. El quinto.

Porque ahora de nuevo somos Campeones de España, como entonces.

Y el Sevilla F.C. con su Presidente a la cabeza, una vez más, ha sabido estar a la altura de tan extraordinaria efemérides.
¡VIVA EL SEVILLA F.C.!

¡VIVA EL ETERNO CAMPEÓN DE ANDALUCÍA!

¡VIVA EL SEVILLISMO!

martes, 29 de junio de 2010

"Breve historia del Sevilla F.C."

Sale a la luz el libro "BREVE HISTORIA DEL SEVILLA FC, desde Tablada a mejor equipo del mundo".

Ramón Sánchez-Pizjuán en un momento muy determinado de su periplo como presidente sevillista dijo: “La historia del Sevilla es limpia y diáfana, libre de toda mácula, llena de esfuerzos y sacrificios".

Esta frase y lo que significa no era gratuita y estaba encuadrada perfectamente en un momento dónde se comenzaba a contar la historia del Sevilla FC, por parte de otros de forma tendenciosa, donde se pretendía dibujar una historia del Club grande de Andalucía distorsionada y encaminada a minusvalorar sus logros y sus éxitos. Don Ramón ya se dio cuenta de las intenciones de algunos para manchar esta gloriosa historia.

Como dijo Antonio Burgos en su momento “En Sevilla es muy difícil hacerse perdonar los éxitos”.

Quienes la escribieron a lo largo de los tiempos no fueron capaces de conseguir frenar que esta historia se basase en bulos populares y leyendas urbanas que se extendieron como la pólvora y conforme pasaron los años se hacía cada vez más necesario escribir una historia fiel, ajustada a lo ocurrido realmente, con la documentación necesaria que hiciese las veces de notario de la realidad. Nunca en el caso sevillista pudo aplicarse demostradamente eso de que si el río suena, es que agua lleva, pues lo que sonaba fueron simples cantos de sirena.

Investigar profundamente sobre lo ocurrido a lo largo de más de cien años de historia era una necesidad imperante y una asignatura pendiente del sevillismo, donde urgía que los propios sevillistas contasen su propia historia y en esto, “Los guardianes de la memoria”, un grupo de investigadores nacido en el seno de su sevillismo, acometen la ardua tarea de desentrañar los entresijos de los ancestros que nos llevaron a la gloria.

Una investigación rigurosa, científica, discutida una y mil veces para ajustarla en su sitio dentro de un rompecabezas casi sin límites, horas y horas de hemeroteca, documentación y búsqueda de los testimonios veraces.

Un grupo de investigadores, de entre los que surgen Juan Castro, Agustín Rodríguez y Carlos Romero para publicar un libro, que brevemente explicará de forma fácil y pedagógica lo ocurrido en el transcurrir de los años desde que un grupo de “sportmen” allá por 1890 iniciaron esa maravillosa aventura que hoy se llama “Sevilla FC” y que se cuenta hasta nuestros días.

Todo concentrado en 288 páginas con fotografías en blanco y negro, correspondientes a su época y en color, muchas de ellas únicas y que nunca antes fueron publicadas, por lo tanto desconocidas hasta hoy. Un libro de cabecera del sevillista, (y del que no lo es) organizado cronológicamente que agilizará su consulta de aquellos aspectos verdaderamente relevante del fútbol sevillano.

Un libro en el que se revelan cuestiones hasta ahora inescrutadas que sorprenderá a muchos. Que no es polémico, pero que no dejará a nadie indiferente.

De Tablada a mejor equipo del mundo, una historia apasionante, una pasión por el club que siempre nos llevó al éxtasis.

El libro será presentado por José María del Nido, presidente del Sevilla FC, en el Círculo del Centenario el próximo día 1 de julio a las 20.00h.

http://www.vivaelsevilla.com/

domingo, 27 de junio de 2010

¡¡Thompson ingresó para divertirse!!.

En junio de 1929, con motivo de la Exposición Iberoamericana de Sevilla, El Heraldo de Madrid publicó un monográfico sobre tan magno evento. Realizaba el periódico un recorrido por la nueva ciudad surgida para el acontecimiento, al tiempo que recordaba aspectos de la Sevilla profunda, de la Sevilla eterna e intemporal.
No podía faltar el reportaje dedicado al “sport”, y como representante máximo de la ciudad en este terreno, se incluía una entrevista relativa al Sevilla F.C. realizada a un destacado y peculiar sevillista, conocedor por propia experiencia de aquella mágica fantasía a la que dieron por llamar “Escuela Sevillana o Sevillista.”
De la mano del periodista Otero se desgrana una bellísima historia de amor entre un escocés y una peculiar forma de jugar al fútbol.
Duncan McVean Thompson (o Thomson, o Tompson) era escocés y al ser hijo de la Gran Bretaña, también se le conocía como el inglés Mr. Thompson.

(El Reino de Escocia fue un estado independiente hasta 1707, fecha en la que se firmó el Acta de Unión con Inglaterra, para crear el Reino de Gran Bretaña, es por ello que lo escocés y lo inglés se confundían y mezclaban.)

Llegó a Sevilla sobre 1912 y pronto hicieron amistad con él los hermanos Otero (Juan, Arturo y Diego "Niño Vega").

Jugó en el Sevilla entre 1913 y 1917, y así aparece en distintas alineaciones de la época junto a los grandes maestros de la "Escuela Sevillista".




Como gran "sportman" conocedor de las reglas del juego dirigió muchos partidos como "referee" oficial.


También formó parte de la directiva sevillista de la mano del gran Paco Alba.

Pero volviendo a su llegada a Sevilla y a la entrevista que hoy nos ocupa sobre los inicios y la filosofía de la "Escuela Sevillista de Fútbol", Otero nos informaba que al ser el inglés gran aficionado a la práctica de toda clase de deportes y al enterarse que en Sevilla se jugaba al fútbol, mostró gran interés por presenciar un partido.

Lo llevaron a ver un partido entre el Sevilla y un equipo de Madrid, probablemente el Madrid F.C. o la Gimnastica de Madrid. El equipo madrileño derrotó ampliamente al sevillista. Pensando que se habría aburrido, ante la lucha de aquellos equipos tan inferiores a los de su país, e interrogado sobre el encuentro, Thompson dijo lo siguiente;




El romanticismo del fútbol en estado puro, el arte por el arte, la diversión sin más miramientos, sin presiones, sin angustias por el resultado, el deporte en el más elemental de sus principios; el ejercicio físico de la forma más divertida posible.
Yo quiero ingresar en el Sevilla para divertirme también mucho...
Una filosofía sobre el fútbol que hoy en día nos puede resultar difícil de entender y comprender, ...pero filosofía al fin y al cabo: LA ESCUELA SEVILLISTA.

Thompson fue uno de los que contribuyó al perfeccionamiento de aquella forma sin igual de jugar al fútbol, después Kinké acabó de redondear el estilo.

Con el profesionalismo se acabó la época romántica. A partir de entonces sólo primaba el triunfo, sólo la victoria era importante.

En 1929 aun había aficionados castizos a los que el cambio de la "táctica" no les convencía;

sábado, 26 de junio de 2010

La mala educación.

Ya sacamos el asunto en el Voladizo hace unas semanas; la vergüenza de nuestra ciudad.
Manuel Carmona, historiador (¿?) del centenario (¿?) bético vuelve a la carga con su inconfundible "estilo".

La educación del "mushasho" es para echarle de comer aparte. Miren, una cosa es la cultura y otra muy distinta la educación.

El que suscribe cada dia se siente más orgulloso de la educación que le han dado sus padres. No todos pueden decir lo mismo.

La cultura se adquiere en los colegios, en los institutos, en la universidad, en las academias, en los centros de formación profesional, en los cursos CCC por correspondencia o simplemente con la lectura y las ganas de saber.

La EDUCACIÓN, por contra, es algo que se mama desde que nacemos, nos la dan nuestros padres y se aprende en el seno de nuestras familias como la mejor de las herencias.

Se puede ser muy culto y al mismo tiempo ser un perfecto maleducado...y viceversa.

Manuel Carmona es un maleducado.

Este señor va por la vida insultando, dando cortes de manga, menospreciando a todo el que no piense como él. El caballero lanza constantemente expresiones, textos y frases como estas;

"CARLOS ROMERO “EL PALANGANERO” Y LOS QUE ESTÁN A LA SOMBRA SON UNOS FULLEROS QUE HAN UTILIZADO DOCUMENTOS FALSIFICADOS..."

"Todavía estoy esperando menos palabras y más documentos (por supuesto verdaderos y no falsos como los anteriores) de 1905, año en el que decís que se fundó vuestro club. No lo habéis podido mostrar porque no existen, por lo que os he descrito con el bodrio de los Estatutos de 1914 que sois unos trileros de la historia, poco tengo que discutir con vosotros si no sois capaces de aportarme unos documentos de la valía que yo he presentado falsos, embusteros, araneros, mentirosos, engañadores, farsantes, fuleros, tramposos, chapuceros, badulaques, enredadores, cuentistas, embrolladores, falaces, etcétera, etcétera. De Manuel Carmona se podrá decir todo lo que quiera, menos que falsificó un documento como habs y quienes os precedieron. De ustedes sí, ya os lo he demostrado, así que por ese hecho os conocerá la historia porque yo me encargaré de divulgarlo siempre que la ocasión se presente. Así que en espera quedo de que consigáis un documento como el que os emplazo a presentar, sin que esté falsificado como vuestros impresentables Estatutos de 1914 que utlizáis para embaucar a los incautos e infelices que os prestan atención porque no os conocen. ¿Y sabéis qué le ocurren a los que mienten más que hablan? Pues que al final terminan por meterse la lengua en el culo. Ni más ni menos."

Llama "Judas" a los que le rebaten sus argumentos

Se las da de buen cristiano y no duda en llenar su web de cristos y crucifijos, al tiempo que acompaña a los mismos con ciriales en forma de dedos apuntando hacia arriba y brazos que se cruzan.

Lo soez, lo abyecto, lo vulgar, lo ruin, lo desagradable y la mala educación se reflejan en su personalidad.

No debate; insulta. No dialoga; prefiere arremeter como un ser irracional...pero nunca contesta a lo que se le plantea en un debate virtual, propio de gente racional y educada.

Mi amigo Nacho Mateos puso en evidencia que Manuel Carmona, además, es un MENTIROSO. Le puso en bandeja una tentadora apuesta de 100.000 euros. Cien mil contra mil para que demostrase una supuesta falsificación. Manuel Carmona se la tuvo que tragar porque además es un poco cobarde.
Pues que siga con su "educada" conducta. Que siga ADELANTE con sus formas inconfundibles. Es el más genuino representante del llamado "estilo Betis", ese estilo que desprecian los béticos, los balompédicos, de bien. Ese estilo que avergüenza a los que tienen un poco de vergüenza y de educación.

Y termino el post porque el personaje no merece más comentarios.

¡Valiente católico maleducado!

Con gente de esta calaña cada día me pienso más coger la senda del agnosticismo. Menos mal que tengo a mi Silvio, que es de los que me hacen creer en Dios y en su Madre.

martes, 22 de junio de 2010

Del Nido; la ruina del sevillismo militante.

-Colaboración para Columnas Blancas-

Es el máximo responsable de esta tropelía de la que nos tiene preso. Su gestión al frente del Sevilla F.C. es un desastre económico para los sevillistas que ejercen y desarrollan su pasión carnet en mano. Desde su llegada, su prepotencia y sus aires de grandeza suponen una enorme y pesada losa para el aficionado que asiste, atónito, a este despropósito financiero.

Antes, hace unos años, el sevillismo militante llegando las calores de julio, renovaba su anual abono, más o menos baratito, y ya cumplía. A lo sumo, a lo anterior se añadía un par de eliminatorias de la Copa del Rey, a un precio asequible… y el día del Club, donde todos pasábamos por taquilla para ver al Madrid o al Barcelona. Rara vez, el aficionado tenía que hacer una pequeña aportación extra en partidos en los que había que jugarse un ascenso, o el no descender, y por cuatro o cinco euros llevábamos a un acompañante y así llenábamos el campo.
¡Qué fácil es llenar un campo con entradas de “veinte duros”!

Ahora no.
Ahora todo es distinto.
Ahora todo ha cambiado.
Desde un tiempo a esta parte se esquilman nuestros bolsillos de una forma alarmante.
No sé donde vamos a llegar.

El último ejercicio no ha podido ser más negativo. Al abono, no barato precisamente, tuvimos que ir adicionando el importe de las entradas de los partidos de Champions, y a esta suma, añadir los de Copa del rey; la puñetera manía de ir pasando todas las eliminatorias hasta encajarse en la final…

Y nos ponemos a hacer números y vemos nuestra economía por los suelos; abono, más abono Champions, más los octavos de ésta, mas todas las eliminatorias (menos la primera) de la Copa del Rey, más la entrada de la final, más el desplazamiento y avituallamiento correspondiente.
Una ruina.

La temporada pasada pasó exactamente igual, menos lo de la final de la Copa del Rey. Y la anterior chispa más o menos lo mismo, y las anteriores…que les voy a contar que ustedes no sepan de las anteriores.
Y lo que se avecina; más Liga de las estrellas, más Champions, más Supercopa, más Copa del Rey...

Y total para qué; ¿para tener seis títulos más en la vitrinas y ser campeones de España y de Europa y conseguir un par de trofeos al mejor equipo del mundo? ¿Para estar en la élite del fútbol mundial y europeo? ¿Para que en el Mundial aparezcan jugadores del Sevilla casi todos los partidos y nos conozcan en todos los rincones del planeta?
Lo dicho una auténtica ruina.
Pero, que siga esta desdicha.
Y que nunca pare.
Y la culpa es de Del Nido.
¡Gracias Presidente!

sábado, 12 de junio de 2010

La Copa del 35. Las celebraciones.


Y volvieron campeones. Con la misión cumplida.
Y si la Giralda les encargó que volviesen con la Copa, los jugadores, técnicos y directivos sevillistas trajeron no una, sino dos.
Es por ello, que no pudo ser otra la banda sonora que se escuchase en honor a los Campeones de España a su llegada al ayuntamiento hispalense. El pasodoble "La Giralda", del maestro Eduardo López Juarranz, sonó en homenaje al Sevilla F.C.

No podía ser de otra manera. La Giralda de nuestra ciudad...




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Habíamos dejado a nuestros héroes levantando al cielo madrileño la plata rotunda del triunfo obtenido, hurras al Campeón, y una grada blanquirroja que se había vuelto loca de felicidad.

..." en las gradas de Chamartín hay su poquitín de juerga. Se organiza una miajita de cante y baile. Faltan los chatos y las tapas. Pero no importa: el salero andaluz vuelca sus gracias, y a falta de guitarra se improvisa la música tocando las palmas con aire de sevillanas;
¡Ole los sevillanos,
ole los sevillanos!
Los jugadores regresan a la caseta. El sombrero albo de una señorita surca el espacio en obsequio de Eizaguirre. Ovaciones, regalos y prendas de vestir. El Sevilla ha matado de dos tiros dos pájaros, dos pájaros en cuyos picos llevaban dos títulos honrosos.
A la salida, un grupo de expedicionarios sevillistas, ebrios de entusiasmo, rinden homenaje a su contento;
¡Un fandango le canté,
a la Virgen Macarena!..."

Mientras tanto, llegaban a Sevilla las noticias del extraordinario acontecimiento, formándose espontáneas manifestaciones de satisfacción y júbilo.
Tras el partido, el Presidente de la Federación Española dio el tradicional banquete de confraternización, a los componentes de los dos clubs finalistas, en el hotel Ritz.

A esa hora la marea blanca y roja retornaba a Sevilla. El lunes 1 de julio llegaba el grueso del sevillismo en trenes y autocares con un desbordado entusiasmo, llenando calles y plazas con los colores del Campeón de España.

El lunes 1 de julio partieron desde la capital de la República, los dos autocares con los equipos sevillistas, haciendo noche, uno en Manzanares y el otro en Valdepeñas. En Manzanares se les obsequió a los jugadores, por el Gobernador Civil de la provincia, con un vino de honor. El día 2 prosiguió la marcha triunfal hacia Sevilla, deteniéndose en muchos pueblos con agasajos llenos de entusiasmo por los lugareños. En Ecija, el aficionado, señor Crespi, los invitó a un magnífico “lunch” y en Carmona, los Campeones de España, fueron paseados a hombros de los aficionados de la localidad.



Treinta mil personas.

A las nueve de la noche llegaron los dos equipos campeones a Sevilla. El doble triunfo culminaría con el apoteósico recibimiento que el pueblo sevillano les tributaría.
Desde primera hora de la tarde, las calles del itinerario que habían de recorrer los triunfadores estaban repletas de público, y entre la multitud pasaban grupos de muchachos con cartelones, en los que se leían expresivas dedicatorias al Sevilla. Por todas partes se oían coplas en cuyas letrillas se aludía a las dos victorias sevillistas.


Muchos camiones y vehículo particulares salieron a las afueras de Sevilla al encuentro de los autocares de los jugadores.


A su llegada a la capital los Campeones de España se encontraron con una multitud de más de treinta mil sevillistas que les aclamaban. No podía darse un paso por la plaza de Andalucía, donde los jugadores dejarían los autocares, para transbordar a los coches enjaezados a la andaluza, y adornados con guirnaldas con los colores del Sevilla. Allí esperaban el alcalde, Sr. Contreras, el presidente del Sevilla D. Ramón Sánchez-Pizjuán, los directivos del Club, y los representantes de los organismos deportivos regionales y de los clubs de fútbol sevillanos.


La comitiva de carruajes era precedida por una sección montada a caballo de la Guardia Municipal que les abría paso entre la multitud. Seguían grupos de entusiastas con banderas del Sevilla F.C, y las bandas de música y de cornetas y tambores de Tomares.
Al filo de las diez de la noche llegó la comitiva a la Plaza Nueva, o de San Fernando, donde aguardaban muchos concejales y la Banda Municipal interpretó el pasodoble "La Giralda". Por fin, entraron los campeones en el Ayuntamiento para la recepción oficial en la Sala Capitular.

Los vencedores entraron en el salón de sesiones, atestado de público, donde figuraban en el testero de la presidencia, entrelazadas, banderas sevillistas.

Las dos Copas de España fueron colocadas en la mesa presidencial entre atronadoras ovaciones. La mesa estaba presidida por el alcalde, colocándose a su derecha el presidente del Sevilla y el capitán del equipo amateur, Huesa. A su izquierda, Guillermo Eizaguirre junto al entrenador del primer equipo, Ramón Encinas.

Tomo la palabra el alcalde de Sevilla en nombre de la ciudad, dando las gracias y congratulándose por el doble campeonato, hazaña sin precedentes, y por un momento apoteósico y jamás igualado ni cuando la ciudad recibiera a su mejor político ni a su mejor torero.

A continuación tocó el turno a D. Ramón Sánchez-Pizjuán

En su discurso, D. Ramón se permitió la pequeña vanidad de recordar sus propias palabras, cuando un par de meses antes, en el agasajo al Betis al proclamarse campeón de Liga, prometió para Sevilla los trofeos nacionales. Y lo que en aquel momento pudo parecer jactancia o aventura (o prepotencia) se había cumplido.

Tras los discursos, las dos copas fueron presentadas y ofrecidas a los sevillistas, congregados por millares ante el balcón principal del Ayuntamiento en la Plaza Nueva. Desde el Ayuntamiento, en volandas, se trasladaron los Campeones a la Peña Sevillista donde fue servido el lunch y donde cuentan que la fiesta continuó hasta altas horas de la madrugada.
En días posteriores se siguieron haciendo multitud de homenajes a los Campeones.
Epílogo.

Aquella Copa del 35 supuso la consagración definitiva del Sevilla F.C. entre los grandes de España. Ya era desde hacía muchos años el Eterno Campeón de Andalucía, pero desde aquel 30 de junio de 1935, con la obtención del Campeonato, se incluyó por meritos incuestionables e irremisiblemente en la élite del fútbol. Comenzó una etapa de éxitos que lo convirtieron en un equipo temible y poderoso. Las dos décadas posteriores fueron magníficas y arrebatadoramente fructíferas. La leyenda del Grande del Sur de España se había consolidado.

Y su afición, esa que nunca le dio la espalda, no paraba de animar.

Dedico estos posts sobre aquella Copa del 35 a mis amigos; los Guardianes de la Memoria y en recuerdo de todos los que tuvieron la inmensa fortuna de vivir aquella gloriosa gesta.

Y ahora, háganme caso, suban los altavoces, bajen o apaguen la luz, y denle al play.

Y disfruten, y gocen, y siéntanse orgullosos de ser SEVILLISTAS.

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Fuentes; Hemeroteca ABC (Sevilla, Madrid y Blanco y Negro), Hemeroteca El Mundo Deportivo, Hemeroteca la Vanguardia, Web Sevilla C.F.com, Web oficial Sevilla F.C., Hemeroteca digital Biblioteca Nacional, diario "Ahora" y Biblioteca Virtual de Prensa Historica.

Y cómo no, mi mayor agradecimiento a Juan Manuel Román, sevillista de Ubrique, y a Fernando Sígler, y por supuesto a http://ayerhoysevillista.blogspot.com/ por su maravilloso video.

miércoles, 9 de junio de 2010

La Copa del 35. La gran final.(3ªparte).El partido.

Y llegó la gran final. La final absoluta. El equipo amateur acababa de recoger su Copa y el estadio de Chamartín ya lucía, rozando el lleno, para recibir a los profesionales.
Todo estaba preparado.
El Presidente de la República, D. Niceto Alcalá Zamora, presidía el palco de honor acompañado de las máximas autoridades civiles y militares.

La numerosa prensa gráfica presente para el trascendental partido, inmortalizaba, primero las previas y después, el desarrollo del match.
Los cinco mil sevillistas aclamaban a los suyos con vítores y aplausos para acallar los silbidos que lanzaban, tanto la menor parroquia catalana, como la numerosa afición madrileña que se había dado cita buscando el ansiado desagravio a los equipos de la capital.

Arbitrados por el colegiado Escartín los equipos presentaron las siguientes alineaciones:

CE Sabadell FC;
Massip; Morral, Blanch; Argemí, Font, Gracia; Sangüesa, Calvet, Gual, Barceló, Parera.

Sevilla F.C.;
Eizaguirre;Euskalduna, Deva; Alcazar, Segura, Fede; López, Torrontegui, Campanal, Tache Bracero.

El partido.

Cuentan las crónicas que en aquella final el Sabadell tuvo una salida fulgurante con unos primeros 15 minutos de ataque. Con clase pero lentos y faltos de la verticalidad, la rapidez y la competitividad de la que después hizo gala el Sevilla.
Narran, que a la postre el Sevilla se mostró como un conjunto más hecho y acoplado en todas sus líneas.
La defensa sevillista fue un auténtico valladar de una contundencia irrebatible. La media, tenaz e inagotable, con muchos recursos, según el devenir de cada momento del juego. La línea de delanteros; potente y efectiva con dos alas rapidísimas. Y Eizaguirre…
El partido dio comienzo con una jugada de ataque del Sevilla por medio de López, y desde ahí hasta el primer cuarto de hora, los ataques del Sabadell se hicieron más frecuentes sobre la puerta de Eizaguirre. Pero era imposible que la pelota escapase al control del guardameta hispalense que atravesaba uno de los mejores momentos de su carrera. Los elogios de la prensa fueron unánimes sobre nuestro portero; inconmensurable, portentoso, genial, extraordinario inexpugnable, magistral, soberbio…





A los cinco minutos de comenzar el encuentro, recayó de la lesión que arrastraba el centro delantero sabadellense Gual. Fue un imperdonable error de su entrenador la decisión de alinearlo. El mismo Gual lo contaba tras el partido:
Sólo quince minutos le duró el gasóleo al Sabadell. Tras unos minutos de juego alterno, el Sevilla se hizo dueño de la final. Dos prodigiosos centros desde la derecha de López fueron desperdiciados por Segura y Bracero. El Sevilla se lanzó al ataque como un poseso y sólo la buena actuación del meta Massip impidió que se inaugurase el marcador. Campanal marró un par de ocasiones y López cruzó demasiado una pelota que se colaba. Después desde el otro extremo, Bracero envió un centro muy cerrado por bajo que no consiguieron rematar ni Campanal ni Torrontegui a pesar de lanzarse a la hierba...
Al filo de la primera media hora, y cuando Torrontegui, en magnífica posición, se disponía a tirar a "goal", recibió una terrible patada de Blanch. Escartín señaló Penalty. A los treinta y dos minutos Euskaldura tiró el penalty con gran potencia...al larguero.


1-0 . Minuto 36. Gol de Campanal

Y tanto iba el cántaro a la fuente que cuatro minutos más tarde, Campanal lograba cabecear un centro de López consiguiendo el primer tanto. Se encontró la llave de la puerta contraria y de ahí al final ya todo fue coser y cantar.
La jugada más bonita de la primera parte corrió a cargo de la vanguardia blanca, que hizo un avance con pases muy bien medidos, Bracero centró y Campanal remató limpiamente de cabeza. El travesaño se encargó de que el balón no entrase en el marco.
La segunda parte fue más de lo mismo, el Sevilla atacando y el Sabadell replegado y defendiendo.

2-0. Minuto 76. Gol de Campanal.

Campanal robó un balón en el centro del campo, y después de avanzar unos metros enviaba un magnífico tiro, fantástico de fuerza y colocación que no pudo ser detenido por Massip a pesar de la estirada. Los jugadores se abrazaron efusivamente y el público sevillista lanzó al aire una nube de banderines.

3-0. Minuto 87. Gol de Bracero.

El Sevilla seguía insistiendo y presionando de forma absoluta, y a falta de tres minutos para el final, un centro de López fue rematado por Bracero de forma imparable.

La apoteosis final.
Tras acabar el partido los jugadores sevillistas subieron al palco presidencial para recibir, de manos del Presidente de la República, la Copa que les acreditaba como Campeones de España. El capitán Eizaguirre recogió la Copa y coreado por sus compañeros, lanzó estentóreos hurras de satisfacción y alegría.



El Sevilla F.C. tras treinta años de dura lucha, acababa de proclamarse Campeón de España por primera vez en su historia. El Eterno Campeón de Andalucía se convertía en el nuevo dueño del Campeonato Nacional.
Después vendrían otros muchos títulos, hasta diez, incluso internacionales. Y hasta fue declarado dos años consecutivos como el Mejor Equipo del Mundo.
Pero eso es otra historia.
Antes, no podemos dejar de contar la gloria que supuso para el sevillismo aquel campeonato, porque tras recibir la copa Guillermo Eizaguirre, la fiesta no había hecho más que comenzar; en las gradas de Chamartín, en las calles de Sevilla, en el camino de regreso y en el recibimiento de los héroes...