miércoles, 9 de junio de 2010

La Copa del 35. La gran final.(3ªparte).El partido.

Y llegó la gran final. La final absoluta. El equipo amateur acababa de recoger su Copa y el estadio de Chamartín ya lucía, rozando el lleno, para recibir a los profesionales.
Todo estaba preparado.
El Presidente de la República, D. Niceto Alcalá Zamora, presidía el palco de honor acompañado de las máximas autoridades civiles y militares.

La numerosa prensa gráfica presente para el trascendental partido, inmortalizaba, primero las previas y después, el desarrollo del match.
Los cinco mil sevillistas aclamaban a los suyos con vítores y aplausos para acallar los silbidos que lanzaban, tanto la menor parroquia catalana, como la numerosa afición madrileña que se había dado cita buscando el ansiado desagravio a los equipos de la capital.

Arbitrados por el colegiado Escartín los equipos presentaron las siguientes alineaciones:

CE Sabadell FC;
Massip; Morral, Blanch; Argemí, Font, Gracia; Sangüesa, Calvet, Gual, Barceló, Parera.

Sevilla F.C.;
Eizaguirre;Euskalduna, Deva; Alcazar, Segura, Fede; López, Torrontegui, Campanal, Tache Bracero.

El partido.

Cuentan las crónicas que en aquella final el Sabadell tuvo una salida fulgurante con unos primeros 15 minutos de ataque. Con clase pero lentos y faltos de la verticalidad, la rapidez y la competitividad de la que después hizo gala el Sevilla.
Narran, que a la postre el Sevilla se mostró como un conjunto más hecho y acoplado en todas sus líneas.
La defensa sevillista fue un auténtico valladar de una contundencia irrebatible. La media, tenaz e inagotable, con muchos recursos, según el devenir de cada momento del juego. La línea de delanteros; potente y efectiva con dos alas rapidísimas. Y Eizaguirre…
El partido dio comienzo con una jugada de ataque del Sevilla por medio de López, y desde ahí hasta el primer cuarto de hora, los ataques del Sabadell se hicieron más frecuentes sobre la puerta de Eizaguirre. Pero era imposible que la pelota escapase al control del guardameta hispalense que atravesaba uno de los mejores momentos de su carrera. Los elogios de la prensa fueron unánimes sobre nuestro portero; inconmensurable, portentoso, genial, extraordinario inexpugnable, magistral, soberbio…





A los cinco minutos de comenzar el encuentro, recayó de la lesión que arrastraba el centro delantero sabadellense Gual. Fue un imperdonable error de su entrenador la decisión de alinearlo. El mismo Gual lo contaba tras el partido:
Sólo quince minutos le duró el gasóleo al Sabadell. Tras unos minutos de juego alterno, el Sevilla se hizo dueño de la final. Dos prodigiosos centros desde la derecha de López fueron desperdiciados por Segura y Bracero. El Sevilla se lanzó al ataque como un poseso y sólo la buena actuación del meta Massip impidió que se inaugurase el marcador. Campanal marró un par de ocasiones y López cruzó demasiado una pelota que se colaba. Después desde el otro extremo, Bracero envió un centro muy cerrado por bajo que no consiguieron rematar ni Campanal ni Torrontegui a pesar de lanzarse a la hierba...
Al filo de la primera media hora, y cuando Torrontegui, en magnífica posición, se disponía a tirar a "goal", recibió una terrible patada de Blanch. Escartín señaló Penalty. A los treinta y dos minutos Euskaldura tiró el penalty con gran potencia...al larguero.


1-0 . Minuto 36. Gol de Campanal

Y tanto iba el cántaro a la fuente que cuatro minutos más tarde, Campanal lograba cabecear un centro de López consiguiendo el primer tanto. Se encontró la llave de la puerta contraria y de ahí al final ya todo fue coser y cantar.
La jugada más bonita de la primera parte corrió a cargo de la vanguardia blanca, que hizo un avance con pases muy bien medidos, Bracero centró y Campanal remató limpiamente de cabeza. El travesaño se encargó de que el balón no entrase en el marco.
La segunda parte fue más de lo mismo, el Sevilla atacando y el Sabadell replegado y defendiendo.

2-0. Minuto 76. Gol de Campanal.

Campanal robó un balón en el centro del campo, y después de avanzar unos metros enviaba un magnífico tiro, fantástico de fuerza y colocación que no pudo ser detenido por Massip a pesar de la estirada. Los jugadores se abrazaron efusivamente y el público sevillista lanzó al aire una nube de banderines.

3-0. Minuto 87. Gol de Bracero.

El Sevilla seguía insistiendo y presionando de forma absoluta, y a falta de tres minutos para el final, un centro de López fue rematado por Bracero de forma imparable.

La apoteosis final.
Tras acabar el partido los jugadores sevillistas subieron al palco presidencial para recibir, de manos del Presidente de la República, la Copa que les acreditaba como Campeones de España. El capitán Eizaguirre recogió la Copa y coreado por sus compañeros, lanzó estentóreos hurras de satisfacción y alegría.



El Sevilla F.C. tras treinta años de dura lucha, acababa de proclamarse Campeón de España por primera vez en su historia. El Eterno Campeón de Andalucía se convertía en el nuevo dueño del Campeonato Nacional.
Después vendrían otros muchos títulos, hasta diez, incluso internacionales. Y hasta fue declarado dos años consecutivos como el Mejor Equipo del Mundo.
Pero eso es otra historia.
Antes, no podemos dejar de contar la gloria que supuso para el sevillismo aquel campeonato, porque tras recibir la copa Guillermo Eizaguirre, la fiesta no había hecho más que comenzar; en las gradas de Chamartín, en las calles de Sevilla, en el camino de regreso y en el recibimiento de los héroes...

3 comentarios:

cornelio dijo...

Me descubro ante Ud. D. Antonio.

Hasta ahora no se había contado así la historia de nuestros primeros títulos nacionales.

Me voy yendo para la plaza San Fernando a coger sitio para el próximo post, supongo.

A. Ramírez dijo...

Haga Vd lo que quiera D. Cornelio, aunque no sé si le verá entre los 30.000.

Tántalo dijo...

Cojo sitio tambié, y voy comprando algo de viandas para la espera que me dá que van a tardar en llegar.