En junio de 1929, con motivo de la Exposición Iberoamericana de Sevilla, El Heraldo de Madrid publicó un monográfico sobre tan magno evento. Realizaba el periódico un recorrido por la nueva ciudad surgida para el acontecimiento, al tiempo que recordaba aspectos de la Sevilla profunda, de la Sevilla eterna e intemporal.
No podía faltar el reportaje dedicado al “sport”, y como representante máximo de la ciudad en este terreno, se incluía una entrevista relativa al Sevilla F.C. realizada a un destacado y peculiar sevillista, conocedor por propia experiencia de aquella mágica fantasía a la que dieron por llamar “Escuela Sevillana o Sevillista.”
De la mano del periodista Otero se desgrana una bellísima historia de amor entre un escocés y una peculiar forma de jugar al fútbol.
No podía faltar el reportaje dedicado al “sport”, y como representante máximo de la ciudad en este terreno, se incluía una entrevista relativa al Sevilla F.C. realizada a un destacado y peculiar sevillista, conocedor por propia experiencia de aquella mágica fantasía a la que dieron por llamar “Escuela Sevillana o Sevillista.”
De la mano del periodista Otero se desgrana una bellísima historia de amor entre un escocés y una peculiar forma de jugar al fútbol.
Duncan McVean Thompson (o Thomson, o Tompson) era escocés y al ser hijo de la Gran Bretaña, también se le conocía como el inglés Mr. Thompson.
El romanticismo del fútbol en estado puro, el arte por el arte, la diversión sin más miramientos, sin presiones, sin angustias por el resultado, el deporte en el más elemental de sus principios; el ejercicio físico de la forma más divertida posible.
Yo quiero ingresar en el Sevilla para divertirme también mucho...
(El Reino de Escocia fue un estado independiente hasta 1707, fecha en la que se firmó el Acta de Unión con Inglaterra, para crear el Reino de Gran Bretaña, es por ello que lo escocés y lo inglés se confundían y mezclaban.)
Llegó a Sevilla sobre 1912 y pronto hicieron amistad con él los hermanos Otero (Juan, Arturo y Diego "Niño Vega").
Jugó en el Sevilla entre 1913 y 1917, y así aparece en distintas alineaciones de la época junto a los grandes maestros de la "Escuela Sevillista".
Como gran "sportman" conocedor de las reglas del juego dirigió muchos partidos como "referee" oficial.
También formó parte de la directiva sevillista de la mano del gran Paco Alba.
Pero volviendo a su llegada a Sevilla y a la entrevista que hoy nos ocupa sobre los inicios y la filosofía de la "Escuela Sevillista de Fútbol", Otero nos informaba que al ser el inglés gran aficionado a la práctica de toda clase de deportes y al enterarse que en Sevilla se jugaba al fútbol, mostró gran interés por presenciar un partido.
Lo llevaron a ver un partido entre el Sevilla y un equipo de Madrid, probablemente el Madrid F.C. o la Gimnastica de Madrid. El equipo madrileño derrotó ampliamente al sevillista. Pensando que se habría aburrido, ante la lucha de aquellos equipos tan inferiores a los de su país, e interrogado sobre el encuentro, Thompson dijo lo siguiente;
El romanticismo del fútbol en estado puro, el arte por el arte, la diversión sin más miramientos, sin presiones, sin angustias por el resultado, el deporte en el más elemental de sus principios; el ejercicio físico de la forma más divertida posible.
Yo quiero ingresar en el Sevilla para divertirme también mucho...
Una filosofía sobre el fútbol que hoy en día nos puede resultar difícil de entender y comprender, ...pero filosofía al fin y al cabo: LA ESCUELA SEVILLISTA.
Thompson fue uno de los que contribuyó al perfeccionamiento de aquella forma sin igual de jugar al fútbol, después Kinké acabó de redondear el estilo.
Con el profesionalismo se acabó la época romántica. A partir de entonces sólo primaba el triunfo, sólo la victoria era importante.
En 1929 aun había aficionados castizos a los que el cambio de la "táctica" no les convencía;
4 comentarios:
Saludos.
Permíteme, amigo mio, que me ponga en pie y te pegue una ovación de gala:
Tu entrada es GENIAL.
Y aunque ya la conocía de tu propia voz, leerla me ha parecido aún más fantástica.
Gracias atí, a Thompson y todos aquellos que crearon la Escuela Sevillina y Sevillista.
Cuídate.
Enorme Antonio.
Arte, magia, calle, expontaneidad, en definitiva, diversión. Pura escuela sevillista.
Solo faltaban unos retoques tácticos para crear la linea del miedo.
Eres un aguafiestas.
Yo sé, y sabes porqué, que tú te diverstiste en Isla Mágica, con el "DVIÉRTETE CON NOSOTROS"
¿y ahora vienes a decirnos que un escocés ya lo había dicho un siglo antes?
Eso está falsifacado, verás cuando se entere uno que yo me sé.
Nosotros, mientras tanto, nos seguimos divirtiendo con estos artículos que nos regalas.
Estoy descubriendo tus post a golpe de enlaces pero aunque llegue un poco tarde me divierto igualmente.
Gracias Antonio
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