viernes, 28 de mayo de 2010

La Copa del 35. Semifinales. La batalla de San Juan.

Vimos que Guillermo Campanal cayó lesionado en el partido de ida, en cuartos, frente al At. de Madrid. El delantero sevillista, de una violenta entrada de un jugador madrileño, tuvo que abandonar el terreno de juego, no pudiendo jugar el partido de vuelta. Tampoco pudo disputar ninguno de los dos encuentros de las semifinales debido a la misma lesión. Tenía la pierna "cosida a patadas" según el parte facultativo.

La prensa madrileña, herida en su orgullo, comenzó una campaña de descrédito sobre el equipo andaluz en particular y sobre el resto de los semifinalistas, considerando que al no estar ninguno de los grandes en el torneo, éste había quedado "descafeinado".

Partido de ida. 16 de junio de 1935, estadio de Nervión. (4-1. Torrontegui por partida doble, Tejada y López para el Sevilla, Urdiroz para Osasuna)
Alineaciones;
Nótese que los jugadores sevillistas lucían brazaletes negros por la reciente muerte de un destacado sevillista, que años atrás había sido presidente de la Federación Sur; Eladio Rodríguez de la Borbolla.

-Sr. Rguez de la Borbolla (Don Pepote); ¿ve Vd. como en su familia sí han habido grandes sevillistas? Rateros no sé si tendrán alguno, pero sevillistas seguro que sí.
Iniciaba de este modo el Sevilla sus semifinales con el handicap de la falta de su más destacado y eficaz artillero. Cuentan las crónicas que el partido no fue vistoso, aunque muy emocionante. El equipo navarro tomo muchas precauciones en el terreno de juego replegando sus líneas para crear un juego ultradefensivo que contrarrestase al juego de empuje sevillista. Así, abandonó el tradicional 2-3-5, empleando la fórmula del cuarto medio y el tercer "back", jugando con tres defensas, cuatro medios y sólo tres hombres delante (3-4-3).

Se adelantó Osasuna en el primer tiempo, siendo equilibrado el tanteador poco después por medio de Torrontegui. Poco antes del descanso es expulsado un jugador rojillo por agresión.

En la segunda parte, un nuevo gol de Torrontegui de penalty pone en ventaja al Sevilla que dominó claramente el resto del partido. Otros dos goles más caerían del lado andaluz, realizados por Tejada y López, dejando casi sentenciada la eliminatoria... Partido de vuelta. 23 de junio de 1935, estadio de San Juan, Pamplona (0-1, gol de Bracero).
La batalla de San Juan.

Prólogo.

La prensa navarra, alentada sin duda por la madrileña, gestó en aquella semana, previa al partido de vuelta, una campaña que incitó de manera vehemente al público de Pamplona. Se inventaron mil y una historias de hechos que nunca ocurrieron en el partido de ida. Quince mil personas abarrotaron el estadio de San Juan, muchas de ellas, no eran ni aficionadas al fútbol y otras llegaron de localidades de provincias limítrofes. Algo gordo se barruntaba y los ánimos del respetable rozaban la irascibilidad aun antes de comenzar el encuentro

Alineaciones;

El partido.

El encuentro comenzó con una acometividad inusitada del equipo local, espoleado por un ensordecedor griterio que rugía desde las gradas del campo. Cada balón era disputado con agresividad y a los pocos minutos, una jugada en el area sevillista detonó la batalla.El árbitro anuló un gol a Osasuna, que además de ser conseguido con la mano, estuvo precedido de una falta al meta Eizaguirre, en la entrada más violenta que se haya podido ver en un terreno de juego. Una brutal patada en el costado izquierdo que dejó al portero sevillista como un juguete roto sobre el césped de San Juan.

Juzguen.


Poco después el árbitro anula otro gol a Osasuna por fuera de juego e inmediatamente Bracero adelanta al Sevilla.

La batalla.

Lo que ocurrió a partir de ese momento, bien podría haberlo contado un corresponsal de guerra.



Francotiradores de perdigones, pedradas, botellazos, agresiones sin el balón en juego por todo el campo, interrupciones, los guardias de asalto trabajando a destajo, periodistas agredidos, jugadores sevillistas por los suelos de las pedradas y los perdigonazos.

A los veinte minutos de la segunda parte, el árbitro consultó al Presidente de la Nacional, que presenciaba el partido y decretó el final del partido.

Árbitro y jugadores sevillistas salieron del campo escoltados.

El genial Martínez de León recogió lo vivido en San Juan en uno de sus maravillosos dibujos;
Epílogo.

Al dia siguiente en su despacho de Madrid, el presidente del Comite Nacional, Leopoldo García Durán, concedió a la prensa una interesante entrevista sobre lo vivido el día antes en Pamplona;

Una sanción económica y el cierre del estadio navarro fue lo acordado por el Comité Ejecutivo de la Federación.

El Sevilla conseguía su pase a la final después de una auténtica batalla campal. Tenía sólo una semana por delante para recuperar a los chocados y lesionados, pero nada importaba, estaba en su primera final y después de todo lo que había pasado y sufrido para alcanzarla, no se podía escapar.
Fuentes; Hemeroteca ABC (Sevilla y Madrid), Hemeroteca El Mundo Deportivo, Hemeroteca la Vanguardia, Web Sevilla C.F.com, Web oficial Sevilla F.C., Hemeroteca digital Biblioteca Nacional, diario "Ahora".
De nuevo mi mayor agradecimiento a Juan Manuel Román, sevillista de Ubrique, y a Fernando Sígler.

2 comentarios:

Les Corts dijo...

En fin. . . al menos acabo de comprobar que la afición rojilla, en vez de embrutecerse año tras año a pasos agigantados, lo que está es mejorando.

Un saludo

cornelio dijo...

Esto tiene buena pinta.

Ya estamos en semifinales.

Como sigamos asçi nos llevamos la Copa.

Igual me equivoco, pero el serial que está apreciendo en este blog es

EL MEJOR ESTUDIO QUE SE HECHO NUNCA SOBE LA MÁS DESCONCIDA COPA DEL SEVILLA FÚTBOL CLUB.

Creo que no me equivoco.

Gracias y enhorabuena don Antonio.