No, no se confundan. Ya me hubiese gustado contarles que allá por 1909 nos enfrentamos, en leal y reñida competencia futbolística, a los bravos guerreros del pueblo Zulú, el pueblo de raza negra más hermoso de cuantos habitaron el enigmático y sorprendente continente africano. Un pueblo, el Zulú, que luchó en sus tierras del sur de África por mantener su independencia, su soberanía y su orgullo. Un pueblo que se reveló constantemente, con temibles revueltas, contra las propuestas soberanistas del imperio británico.No es de extrañar, por ello, que incluso en el diccionario de la RAE se indique en la tercera acepción del término “zulú” lo que les muestro;
En una asamblea del Sevilla F.C. en 1909, bajo la presidencia de José Luis Gallegos, se adoptó, entre otros, el siguiente acuerdo:
El Sevilla entrenaba a más de ochenta jóvenes y disputaba sus partidos en el Prado de San Sebastián. Un año antes, en 1908, debió abandonarse el campo de juego del Huerto de la Mariana, en terrenos de la actual Plaza de América. Las razones del cambio de campo puede que las encontremos en un próximo artículo sobre el referido lugar.
El traslado a terrenos del Prado de San Sebastián debió tener sus pros y sus contras. Al ser una zona más céntrica y accesible supondría un mayor concurso de chavales y jóvenes interesados en el novedoso sport. Por contra se perdió el sosiego del Huerto de la Mariana, aquella zona debió ser tranquila, alejada del bullicio de la ciudad y rodeada de árboles , zonas ajardinadas y huertas. El descampado del Prado sería un lugar inhóspito, inmenso y poco apetecible para jugar al fútbol, y más aun teniendo que soportar a los dichosos "zulús" que molestaban al público y los jugadores. Los "zulús" no eran patrimonio exclusivo de Sevilla, en otros puntos de España operaban sembrando el pánico y el desconcierto;
Entre otras cosas, contra eso luchaba el Sevilla de los primeros años aportando su granito de arena; fomentando el sport como vehículo de desarrollo físico e intelectual en la juventud. Una juventud que en un importante porcentaje se mostraba ociosa, perdida, inculta, intolerante, irrespetuosa y sin esperanzas de futuro.
1 comentario:
Gracias a Aurora y a Juan por sus impagables aportacioes.
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