sábado, 8 de mayo de 2010

La pela es la pela, o cómo fallar un penalty por sugestión monetaria.

Dícese que la sugestión es la denominación dada al proceso psicológico mediante el cual una persona puede guiar, o dirigir, los pensamientos, sentimientos o comportamientos de otra persona.
¿Es factible que el poder de sugestión influya en el comportamiento de un deportista hasta el extremo de hacerle errar en sus propósitos?
La máxima pena que se puede aplicar en el deporte del fútbol es el penalty. Consiste en un lanzamiento sin barrera, desde una distancia de 11 metros, con la oportunidad de obtener un gol directo y con la única oposición del guardameta. El portero del equipo sancionado debe situarse sobre la línea de meta, entre los postes y bajo palos, mientras sus compañeros y los adversarios deben permanecer fuera del área, por detrás del punto penal y a 9.15 metros de dicho punto hasta el momento del lanzamiento. Quedan pues, cara a cara, mano a mano como retados en duelo y en soledad; delantero y portero.

La opinión del delantero.
Los que entienden de fútbol suelen decir que un penalty bien tirado en imparable. Uno de los primeros grandes maestros que teorizó sobre el fútbol en España fue sin duda Juan Armet “Kinké”, el mítico delantero centro del Sevilla Football Club.
Kinké fue un especialista, entre otras muchas virtudes, en ejecutar la pena máxima. Sobre la misma, en una entrevista realizada en 1923 nos cuenta lo siguiente:
Imparable. Pegado al palo, con fuerza y a media altura el balón besará las redes de forma incuestionable.

La opinión del portero.

Ricardo Zamora “el Divino”, el genial guardameta catalán del que se decía que era uno de los dos mejores porteros que existían…el otro era San Pedro pero estaba en el cielo, opinaba al respecto que;
“El penalty bien tirado era absolutamente imparable. La labor del guardameta queda, pues, reducida a lo que tenga de deficiente el que tira el castigo, para aprovecharlo y detener el balón.
Debe atenderse a la posición del cuerpo del que envía el tiro para inducir la ruta probable de la pelota.
Y un cierto poder de sugestión del guardameta sobre el que lanza el penalty…
Claro que ese poder de sugestión es de área muy limitada y difícil de emplear”

Zamora y Kinké se conocían desde siempre. Vivían en el mismo barrio y les unía una gran amistad. Los tres hermanos Armet; Koki, Pacán y Kinké, jugaron junto a Ricardo Zamora primero en el Universitary y después en el Español de Barcelona donde el joven portero debutó a los 15 años bajo la tutela de los aristocráticos hermanos.
Gran admiración era sin duda la que "el Divino" guardameta sentía hacia Kinké, al que vio tirar muchos penaltis y realizar extraordinarios encuentros, admiración que sin duda fue recíproca.
Pero volvamos al asunto que nos ocupa; el penalty y la sugestión.

El 12 de marzo de 1922 se disputaban un encuentro de cuartos de final del Campeonato de España, el F.C. Barcelona y el Sevilla F.C., en el sevillano campo de la avenida de la Reina Victoria. En el Sevilla jugaba de delantero centro Kinké. El portero barcelonista no era otro que Ricardo Zamora. Un jugador del equipo catalán cometió una falta en la proximidades del "goal". El árbitro decretó un penalty que iba a decidir el triunfo.

Kinké se coloca sólo ante la puerta y Zamora bajo palos le dice resueltamente;

4 comentarios:

cornelio dijo...

El poder mental.

La psicología del deporte...

y los cinco duros.

Buena, don Antonio, una perla de cinco duros.

Les Corts dijo...

¡¡¡Espero que por lo menos Zamora le pagase los cinco duros!!!

Saludos Rojiblancos

Jose Manuel Ariza dijo...

Saludos.

Sin duda que el tema daría para un libro grueso.

Hay infinidad de anécdotas de futbolistas que "preparaban" al contrario para conseguir sus fines.

Uno de los más llamativos y chocantes, por lo asqueroso del hecho, es el de Hugo Sánchez: Apenas salía al campo, escupía en la cara al defensa encargado de marcarlo.

El defensa, desde ése momento, ya estaba fuera de sí y a la menor oportunidad, le pegaba con toda su alma.

Sanción y/o expulsión.

Y D. Hugo haciendo goles a destajo.

Y muchos porteros se acercan al balón y se lo colocan amorosamente al delantero en el punto de penalty. Es un gesto de poder que muchas veces resulta.

Excepto con D. Frederic. A ése hay que pegarle un tiro físico para que falle.

Cuídate.

A. Ramírez dijo...

Efectivamente Sr. Ariza, a Don Frederic se le podría hacer un post titulado;
"De como tirar un penalty y romperle al portero los ligamentos cruzados de la rodilla"