viernes, 1 de mayo de 2009

Al Siglo Sevillano.

Los hermanos Ramírez Cuellar fundaron en 1883, en la calle Álvarez Quintero, unos almacenes comerciales de venta de tejidos, camisería y géneros de punto. Desde su inicio fue su nombre el de almacenes El Siglo hasta que en 1930 pasó a llamarse Al Siglo Sevillano, denominación que hoy perdura.
Parece ser que sus gerentes tuvieron mucha relación con la creación allá por 1905 con el club decano de nuestra ciudad, con el Sevilla Football Club.

Quizá por eso desde principio de los años veinte (o quizá antes) incorporaron a su gama de productos los artículos deportivos, sobre todo los relacionados con el nuevo deporte – el fútbol- que día a día iba ganando nuevos adeptos.
De esta manera, en una gestión de marketing envidiable o quizá guiados por el afán de propagar el nuevo “sport” en la juventud, crearon en 1923 la denominada “Copa El Siglo”.

La Copa El Siglo fue un campeonato de equipos no federados que, previa inscripción en los citados almacenes, competían por un trofeo.

Hasta veinte equipos de aficionados se dieron cita en la competición, a los que imaginamos que debieron vender las equipaciones completas, desde balones y botas hasta jerseys , rodilleras, medias, tobilleras y calzonas. Echen la cuenta; veinte equipos por once jugadores (más los suplentes) vestidos de arriba abajo para jugar al fútbol…todo un negocio.

Pero al margen de las ventas, aquella copa supuso la constitución de numerosos grupos de jóvenes sevillanos que sirvieron de cantera a los primeros equipos de la ciudad, así como la promoción de equipos que con este logro deportivo se federaron hasta alcanzar grandes metas en competición oficial tal y como le ocurrió al San Román.

No dudaron los almacenes El Siglo para conseguir su doble propósito -aumentar las ventas y fomentar el deporte-, en insertar numerosos anuncios en prensa, sobre todo en la prensa deportiva, tanto en Sevilla como en el resto de Andalucía, no privándose de técnicas publicitarias que perviven hoy día; “recorte el cupón y podrá obtener grandes regalos”.

No es difícil imaginar el desfile de muchachos que guiados por una inusitada ilusión, se acercaban a la calle Alvarez Quintero desde Triana, la Calzada, la Macarena, San Julián, San Vicente, Puerta Osario, El Arenal, San Lorenzo o San Bernardo, y que quedasen absortos ante el escaparate de un comercio que exhibía una copa y soñasen ¿porqué no? en llegar a ser algún día como Avilés, Ocaña, Kinké, Brand o Spencer.

1 comentario:

Vademécum Sevillista dijo...

Extraordinario, como siempre. Otro botón más recuperado de la historia de la esferomaquia sevillana. Saludos maestro.