sábado, 12 de junio de 2010

La Copa del 35. Las celebraciones.


Y volvieron campeones. Con la misión cumplida.
Y si la Giralda les encargó que volviesen con la Copa, los jugadores, técnicos y directivos sevillistas trajeron no una, sino dos.
Es por ello, que no pudo ser otra la banda sonora que se escuchase en honor a los Campeones de España a su llegada al ayuntamiento hispalense. El pasodoble "La Giralda", del maestro Eduardo López Juarranz, sonó en homenaje al Sevilla F.C.

No podía ser de otra manera. La Giralda de nuestra ciudad...




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Habíamos dejado a nuestros héroes levantando al cielo madrileño la plata rotunda del triunfo obtenido, hurras al Campeón, y una grada blanquirroja que se había vuelto loca de felicidad.

..." en las gradas de Chamartín hay su poquitín de juerga. Se organiza una miajita de cante y baile. Faltan los chatos y las tapas. Pero no importa: el salero andaluz vuelca sus gracias, y a falta de guitarra se improvisa la música tocando las palmas con aire de sevillanas;
¡Ole los sevillanos,
ole los sevillanos!
Los jugadores regresan a la caseta. El sombrero albo de una señorita surca el espacio en obsequio de Eizaguirre. Ovaciones, regalos y prendas de vestir. El Sevilla ha matado de dos tiros dos pájaros, dos pájaros en cuyos picos llevaban dos títulos honrosos.
A la salida, un grupo de expedicionarios sevillistas, ebrios de entusiasmo, rinden homenaje a su contento;
¡Un fandango le canté,
a la Virgen Macarena!..."

Mientras tanto, llegaban a Sevilla las noticias del extraordinario acontecimiento, formándose espontáneas manifestaciones de satisfacción y júbilo.
Tras el partido, el Presidente de la Federación Española dio el tradicional banquete de confraternización, a los componentes de los dos clubs finalistas, en el hotel Ritz.

A esa hora la marea blanca y roja retornaba a Sevilla. El lunes 1 de julio llegaba el grueso del sevillismo en trenes y autocares con un desbordado entusiasmo, llenando calles y plazas con los colores del Campeón de España.

El lunes 1 de julio partieron desde la capital de la República, los dos autocares con los equipos sevillistas, haciendo noche, uno en Manzanares y el otro en Valdepeñas. En Manzanares se les obsequió a los jugadores, por el Gobernador Civil de la provincia, con un vino de honor. El día 2 prosiguió la marcha triunfal hacia Sevilla, deteniéndose en muchos pueblos con agasajos llenos de entusiasmo por los lugareños. En Ecija, el aficionado, señor Crespi, los invitó a un magnífico “lunch” y en Carmona, los Campeones de España, fueron paseados a hombros de los aficionados de la localidad.



Treinta mil personas.

A las nueve de la noche llegaron los dos equipos campeones a Sevilla. El doble triunfo culminaría con el apoteósico recibimiento que el pueblo sevillano les tributaría.
Desde primera hora de la tarde, las calles del itinerario que habían de recorrer los triunfadores estaban repletas de público, y entre la multitud pasaban grupos de muchachos con cartelones, en los que se leían expresivas dedicatorias al Sevilla. Por todas partes se oían coplas en cuyas letrillas se aludía a las dos victorias sevillistas.


Muchos camiones y vehículo particulares salieron a las afueras de Sevilla al encuentro de los autocares de los jugadores.


A su llegada a la capital los Campeones de España se encontraron con una multitud de más de treinta mil sevillistas que les aclamaban. No podía darse un paso por la plaza de Andalucía, donde los jugadores dejarían los autocares, para transbordar a los coches enjaezados a la andaluza, y adornados con guirnaldas con los colores del Sevilla. Allí esperaban el alcalde, Sr. Contreras, el presidente del Sevilla D. Ramón Sánchez-Pizjuán, los directivos del Club, y los representantes de los organismos deportivos regionales y de los clubs de fútbol sevillanos.


La comitiva de carruajes era precedida por una sección montada a caballo de la Guardia Municipal que les abría paso entre la multitud. Seguían grupos de entusiastas con banderas del Sevilla F.C, y las bandas de música y de cornetas y tambores de Tomares.
Al filo de las diez de la noche llegó la comitiva a la Plaza Nueva, o de San Fernando, donde aguardaban muchos concejales y la Banda Municipal interpretó el pasodoble "La Giralda". Por fin, entraron los campeones en el Ayuntamiento para la recepción oficial en la Sala Capitular.

Los vencedores entraron en el salón de sesiones, atestado de público, donde figuraban en el testero de la presidencia, entrelazadas, banderas sevillistas.

Las dos Copas de España fueron colocadas en la mesa presidencial entre atronadoras ovaciones. La mesa estaba presidida por el alcalde, colocándose a su derecha el presidente del Sevilla y el capitán del equipo amateur, Huesa. A su izquierda, Guillermo Eizaguirre junto al entrenador del primer equipo, Ramón Encinas.

Tomo la palabra el alcalde de Sevilla en nombre de la ciudad, dando las gracias y congratulándose por el doble campeonato, hazaña sin precedentes, y por un momento apoteósico y jamás igualado ni cuando la ciudad recibiera a su mejor político ni a su mejor torero.

A continuación tocó el turno a D. Ramón Sánchez-Pizjuán

En su discurso, D. Ramón se permitió la pequeña vanidad de recordar sus propias palabras, cuando un par de meses antes, en el agasajo al Betis al proclamarse campeón de Liga, prometió para Sevilla los trofeos nacionales. Y lo que en aquel momento pudo parecer jactancia o aventura (o prepotencia) se había cumplido.

Tras los discursos, las dos copas fueron presentadas y ofrecidas a los sevillistas, congregados por millares ante el balcón principal del Ayuntamiento en la Plaza Nueva. Desde el Ayuntamiento, en volandas, se trasladaron los Campeones a la Peña Sevillista donde fue servido el lunch y donde cuentan que la fiesta continuó hasta altas horas de la madrugada.
En días posteriores se siguieron haciendo multitud de homenajes a los Campeones.
Epílogo.

Aquella Copa del 35 supuso la consagración definitiva del Sevilla F.C. entre los grandes de España. Ya era desde hacía muchos años el Eterno Campeón de Andalucía, pero desde aquel 30 de junio de 1935, con la obtención del Campeonato, se incluyó por meritos incuestionables e irremisiblemente en la élite del fútbol. Comenzó una etapa de éxitos que lo convirtieron en un equipo temible y poderoso. Las dos décadas posteriores fueron magníficas y arrebatadoramente fructíferas. La leyenda del Grande del Sur de España se había consolidado.

Y su afición, esa que nunca le dio la espalda, no paraba de animar.

Dedico estos posts sobre aquella Copa del 35 a mis amigos; los Guardianes de la Memoria y en recuerdo de todos los que tuvieron la inmensa fortuna de vivir aquella gloriosa gesta.

Y ahora, háganme caso, suban los altavoces, bajen o apaguen la luz, y denle al play.

Y disfruten, y gocen, y siéntanse orgullosos de ser SEVILLISTAS.

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Fuentes; Hemeroteca ABC (Sevilla, Madrid y Blanco y Negro), Hemeroteca El Mundo Deportivo, Hemeroteca la Vanguardia, Web Sevilla C.F.com, Web oficial Sevilla F.C., Hemeroteca digital Biblioteca Nacional, diario "Ahora" y Biblioteca Virtual de Prensa Historica.

Y cómo no, mi mayor agradecimiento a Juan Manuel Román, sevillista de Ubrique, y a Fernando Sígler, y por supuesto a http://ayerhoysevillista.blogspot.com/ por su maravilloso video.

6 comentarios:

Puerta 15 dijo...

Qué puedo decir después de este derroche ?
Sencillamente, grandioso.

Gracias D. Antonio

cornelio dijo...

v¡ENORME!

"Recibidos en la Puerta de Jerez" y mostrando la copa en el balcón de la plaza de San Fernando...

Treinta mil personas, a hombros en Carmona...

Gracias.

Vademécum Sevillista dijo...

maravilloso, es usted un narrador arrebatado. Esa afición, siempre volcada de verdad con los suyos. Enhorabuena y gracias.

Les Corts dijo...

¡Treinta mil personas!

¿Sabes cuántos habitantes había en la ciudad según el censo de 1930?

217.788

Cómo dicen los contertulios: enorme y grandioso.

saludos

A. Ramírez dijo...

Gracias por el dato, amigo Les Corts. Si extrapoláramos a nuestros dias, supondría un gentío de más de 115.000 personas.
A ver quien lo iguala.

Tántalo dijo...

Precioso Antonio. Nos has transportado mágicamente a aquellos días y casi he podido ver la copa en el balcón del ayuntamiento y Sanchez-Pizjuan hablando a las masas.

Menudo baño de sevillismo.

El 30 de Junio ya casi está aqui.