Por fin puede ser desvelado el descubrimiento.
En la prensa escocesa de 1890 se relata con todo lujo de detalles como se constituyó el Club. Poco a poco iremos analizando todos los detalles y todas las conclusiones a las que nos lleva este artículo.
De momento que cada uno lo lea y saque las suyas propias.
Poco a poco porque aun habrá más.
Y recuerden; EL TIEMPO Y LA TECNOLOGÍA JUEGAN A NUESTRO FAVOR.
THE DUNDEE COURIER
Primer partido de football en España
(del corresponsal en Sevilla)
Hace unas seis semanas unos cuantos jóvenes entusiastas,
residentes de origen británico, nos reunimos en uno de los cafés a efectos de
considerar la propuesta de que deberíamos constituir una Asociación Atlética,
ya que la mayoría de nosotros, principalmente ocupados en asuntos mercantiles,
venía sintiendo una enorme necesidad de hacer ejercicio. Después de debatirlo y
tomar unas cuantas cañas de cerveza, el “Club de ‘Football’ de Sevilla” estaba
debidamente constituido y con sus cargos oficiales electos. Se decidió que
deberíamos jugar conforme a las reglas de la Asociación y, como no
había tiempo que perder, decidimos disputar un partido de entrenamiento a la
mañana siguiente (Domingo). Conforme a ello, a la mañana siguiente, a las ocho
en punto, unos diez de nosotros partimos desde la Casa Bote por el
Guadalquivir, remando abajo hasta Tablada o Hipódromo, una distancia de
alrededor de milla y media. Una vez obtenido el permiso de la Sociedad de Carreras de
Caballos, fueron debidamente preparados los postes de las porterías, etc.
Éramos más o menos la mitad españoles y la mitad británicos, y disputamos un
partido muy agradable –cinco contra cinco- empleándonos a fondo, lo que nos
dejó las articulaciones rígidas para unos cuantos días. En el curso de los
acontecimientos, nos dimos cuenta de que íbamos a tener dificultades para
reunir gente suficiente los sábados, me temo que no tanto como una cuestión de
principios, sino por tener que levantarse de la cama. Al no estar en casa como
ustedes, nosotros no disfrutamos de la mitad del sábado libre; pero
inmediatamente los diversos socios pusieron el asunto en conocimiento de los
jefes de sus empresas, que no tuvieron ningún reparo en autorizarlo.
En consecuencia, durante algunos sábados hemos disputado
unas partidas magníficas, meditando recientemente algo para nosotros. Habiendo
un Club de Recreo entre nuestros compatriotas en Huelva, les escribimos
preguntándoles si podían reunir un once y venir a Sevilla para medir sus
fuerzas contra nosotros, y a los pocos días recibimos un cable confirmando que
se enfrentarían a nosotros el sábado 8 de marzo. La semana pasada tuvimos un
tiempo espléndido, aunque un tanto frío; pero, en conjunto, las perspectivas
eran de ambiente soleado, y el sábado nos esperaba con grandes expectativas. La
prensa local se hizo eco, estábamos seguros de la asistencia de un buen número
de espectadores en el campo, pero desafortunadamente, a la llegada de nuestros
amigos de Huelva se puso a llover. Sin embargo, habían recorrido ochenta millas
para jugar con nosotros, por lo que no teníamos más remedio que jugar. La
hierba estaba en muy buenas condiciones a pesar del persistente aguacero,
comenzando a las 4:45 ante alrededor de doce decenas de espectadores. Los
jugadores presentaban un aspecto variopinto, con todas las equipaciones en
regla, salvo el ala izquierda nuestra, que nunca había tenido el honor de
pertenecer a un club atlético, y se presentó con traje de noche, en forma de un
fantástico pijama estampado. Fue recibido entre carcajadas burlonas y bautizado
por los nativos como el “Payaso Yugles”.
El juego resultó de lo más agradable, con dos partes de
treinta y cinco (minutos), terminando con victoria para Sevilla por 2 a 0. Ritson hizo el primero,
seguido poco después por el “Payaso Yugles”, de forma inesperada para todos, y
no menos para él mismo. Es de justicia reconocer que el Club de Huelva nunca
había jugado junto antes, y que habían tenido un viaje en tren de cuatro horas
por la mañana, por lo que jugó con una gran desventaja. Nuestro médico inglés
actuó como juez para Sevilla, y el Secretario del Club de Recreo hizo lo mismo
para Huelva, cumpliendo el cometido de árbitro el Vicecónsul británico a
satisfacción de todos. Siendo ésta el primer encuentro de fútbol conocido en el
Sur de España, y probablemente de toda España, se consideró que la ocasión era
digna para un banquete especial, y a las ocho, treinta cubiertos se dispusieron
en el salón del Restaurante Suizo.
Después de una suntuosa cena, en parte española y en parte
francesa, con ligeros tintes británicos en el menú, el Sr. Edward Johnston, que
presidía, con unas palabras bien escogidas, brindó por nuestra Reina, el
Príncipe de Gales, y la
Familia Real , así como por la Reina Regente y el
joven rey de España, con especial sensibilidad por la reciente enfermedad de
Alfonso XIII. Sobra decir que tras los brindis se bebió con el entusiasmo
debido. La velada transcurrió agradablemente con brindis, cantos y emoción. Ni
siquiera el fracaso del “Payaso Yugles” en su intento por mantener el
equilibrio sobre una silla vacía estropearía la armonía de la reunión. Es
probable que Sevilla visite Huelva en unas pocas semanas, y esperamos con
interés que se repitan unos momentos tan agradables como los que Huelva ha
vivido aquí; y seguramente, la inauguración de este juego en ésta parte del
país será seguida por otras organizaciones similares en todo lugar donde exista
una colonia británica en España.
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