lunes, 13 de julio de 2009

El torneo Copa homenaje a Kinké.

A pesar de que en septiembre de 1917 , apenas seis meses después de su llegada al Sevilla, un “lince” del periodismo deportivo daba como cierta e inminente su vuelta a Barcelona, la verdad es que Juan Armet se quedó con nosotros diez años más. Diez temporadas en las que creó esa forma inimitable de jugar al fútbol y donde dejó su esencia más personal.
Cuando notó que sus facultades físicas flaqueaban decidió colgar las botas y comenzó su carrera como entrenador.
Nostálgico del foot-ball de los primeros años, cuando tenían que llevar a cuestas los palos de las porterías, fue uno de los referentes que continuaron los propósitos iniciales y básicos de las sociedades deportivas, al menos la del Sevilla; fomentar el sport en la juventud. No sé si guiado por ese espíritu de docencia y presumiblemente a instancias suyas, tras su retirada como jugador se le preparó un homenaje.
No fue un homenaje al uso, con el típico partido de afán recaudatorio. Rivales de enjundia no habrían faltado.
No, definitivamente no podía ser un derby, ni tan siquiera un encuentro frente al Madrid o el Barcelona. No. Kinké era especial.


A su homenaje acudieron no uno, sino treinta y dos equipos. Treinta y dos grupos de jóvenes pertenecientes a equipos de tercera categoría de Sevilla y su provincia agrupados en cuatro grupos de ocho equipos cada uno.
Curiosamente el formato recuerda al de los actuales mundiales de fútbol.
La inscripción costó 2.50 pesetas por equipo.
Los treinta y dos equipos se organizaron en cuatro grupos con unos maravillosos nombres; Giralda, Exposición, Torre del Oro y Guadalquivir.
Comenzaron la competición, a modo de liguilla en cada grupo, en el mes de enero de 1930 y duró hasta junio del mismo año.
La prensa puntualmente iba informando del desarrollo del torneo con todos sus pormenores.

Incluso participó un equipo llamado Club Deportivo Spencer, sin duda a la memoria del sevillista Enrique Gómez.
Los equipos fueron mayoritariamente de Sevilla capital si bien no faltaron onces de algunos pueblos como Lora, Carmona y Ecija.

Tras la liguilla regular de cada grupo, se proclamaron los cuatro campeones que jugaron las semifinales; Lora F.C., Ecija F.C. España F.C. y el C.D. Porvenir.

La final la disputaron, en el campo de la Gimnástica de Triana, el C.D. Porvenir y el España F.C., proclamándose este último brillante campeón del torneo con la consiguiente obtención de la Copa Kinké.
Sirva este post como homenaje, no ya sólo al gran Armet Kinké, sino al medio millar de chavales que lucharon por el trofeo y en especial a los campeones del ESPAÑA F.C.;
Bueno, Trigo, Titi, Sanabria, Kiki, Gutierrez, Montero, Fuentes, Castrillo, Julio y Marín.

4 comentarios:

cornelio dijo...

Homenaje a Kinké es tu post.

Un campeonato de fútbol base, que además nos presenta unos nombres encantadores: "Racing San Jacinto", precioso.

El periodista daba como favaorito al C.D. Angelus y no daba un duro por el finalista, eso igual que ahora, así que no has encontrado nada noticiable (¿o sí? je, je).


Enhorabuena.

Guardianes de la Memoria dijo...

Fíjate Antonio, con la cantidad de libros que se han escrito sobre la historia dle sevillismo, se han ido repitiendo unos de otros copiándose, hasta conformar una historia única que hoy por hoy están totalmente desfasados y casi que no tienen nada que ver con la verdadera historia que poco a poco se desentraña en la blogosfera sevillista, como es el caso de este maravilloso post que te traslada a otros tiempos.

Gracias.

Vademécum Sevillista dijo...

Solo a una personalidad tan singular como el extraordinario Juan Armet se le puede perdonar haber pasado por el banquillo balompédico. ¿Tuvo el SFBC la caballerosidad de mantenerle la pensión vitalicia que dicen que se le asignó? Sería interesante averiguarlo. Enhorabuena Antonio.

Jose Manuel Ariza dijo...

Saludos.

Si pones una letra un poco menor en la pancarta, en dos líneas, te caben: Calle Spencer, lo del Chuzco y Calle Kinké.

Y aún quedará sitio para futuras reivindicaciones.

Gracias, es delicioso como pocas cosas.

Cuídate.