El día 28 de diciembre del año 1908, un terrible terremoto sacudió Calabria y Sicilia, con epicentro en el estrecho de Mesina y en la ciudad del mismo nombre. La prensa mundial se hizo eco de la trágica noticia, publicando día tras día, las espantosas consecuencias de la desgracia que llegaban desde Italia.
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Cuando en enero de 1909 el Sevilla F.C. se une a la causa solidaria que recorría media Europa en pos de la recaudación de fondos para los damnificados del terremoto del sur de Italia, nadie podía imaginar la repercusión que tendría dicho evento en toda España.
Sevilla, como el resto de España, se volcó con la desgracia italiana tras el terremoto.
Tan sólo dos días después de la desgracia, el cónsul italiano en Sevilla convocó a la solidaridad de los ciudadanos hispalenses. Sevilla se movilizó; se abrieron suscripciones populares; la aristocracia de la ciudad aportó importantes donativos al igual que las instituciones más importantes. El Centro Mercantil (corazón y motor del sevillismo de principios de siglo) recaudó entre sus socios la cantidad, nada despreciable para aquella época, de 500 pesetas. Los toreros se ofrecieron para dar corridas benéficas y la Cruz Roja postulaba por las calles de Sevilla:
Sevilla, como el resto de España, se volcó con la desgracia italiana tras el terremoto.
Tan sólo dos días después de la desgracia, el cónsul italiano en Sevilla convocó a la solidaridad de los ciudadanos hispalenses. Sevilla se movilizó; se abrieron suscripciones populares; la aristocracia de la ciudad aportó importantes donativos al igual que las instituciones más importantes. El Centro Mercantil (corazón y motor del sevillismo de principios de siglo) recaudó entre sus socios la cantidad, nada despreciable para aquella época, de 500 pesetas. Los toreros se ofrecieron para dar corridas benéficas y la Cruz Roja postulaba por las calles de Sevilla:
Y por supuesto, la archiconocida partida de football benéfica entre los clubs de Huelva y Sevilla.
Aquel partido disputado frente al Recreativo de Huelva, que altruistamente colaboró para dar realce al desarrollo del mismo, fue un auténtico golpe de efecto tanto ante la sociedad sevillana como ante el resto del territorio español.
El fútbol aun no era un deporte de masas, los deportes en general no lo eran, en un país donde el mayor espectáculo seguía siendo la tauromaquia.
Los jóvenes socios del Sevilla F.C. pusieron toda la carne en el asador para que aquello resultase un encuentro lo más atractivo posible y, de este modo, conseguir la mayor afluencia de público con la consiguiente recaudación.
Hubo que contactar con los responsables del hipódromo de Tablada para que cediesen las instalaciones; con el Recreativo de Huelva para organizarles el viaje y la estancia en nuestra ciudad; preparar el taquillaje de los palcos y repartirlo por establecimientos del centro para su venta, amen de concertar y confirmar la presencia de las autoridades civiles, militares y religiosas.
También tuvieron que preparar toda la logística para el desplazamiento de los espectadores hasta un recinto muy alejado entonces de la ciudad, todo ello en colaboración con el consulado italiano.
También tuvieron que preparar toda la logística para el desplazamiento de los espectadores hasta un recinto muy alejado entonces de la ciudad, todo ello en colaboración con el consulado italiano.
El pintor Juan Lafita diseñó un cartel anunciador del encuentro, en él aparecía su hermano Pepe agachado y apoyándose en un balón. El cartel se exhibió en un escaparate de un comercio del centro de la ciudad.
Una ardua tarea que se encargaron de realizar los socios del Club bajo la dirección del expresidente José Luis Gallegos y de Carlos García Martínez, que ocupaba la presidencia sevillista desde primeros de junio de 1908.
El partido, del que hablaremos en otro momento, fue todo un éxito. La grada del hipódromo aparecía abarrotada de público, lo más granado de la sociedad sevillana hizo acto de presencia, se habló de más de cinco mil pesetas de recaudación que iría, vía consulado, hacia los pobres desgraciados de Italia.
Pero aparte del éxito económico, quedó patente que aquel grupo de muchachos no se dedicaban sólo a un pasatiempo más o menos aristocrático y snob. A partir de entonces la prensa local ( todos los artículos anteriores son del diario Sevilla de enero de 1909) y la misma sociedad sevillana fueron prestando cada vez más atención al fútbol como fenómeno social, el club sevillista llegó a los cien socios, fueron naciendo nuevos clubs…
Una ardua tarea que se encargaron de realizar los socios del Club bajo la dirección del expresidente José Luis Gallegos y de Carlos García Martínez, que ocupaba la presidencia sevillista desde primeros de junio de 1908.
El partido, del que hablaremos en otro momento, fue todo un éxito. La grada del hipódromo aparecía abarrotada de público, lo más granado de la sociedad sevillana hizo acto de presencia, se habló de más de cinco mil pesetas de recaudación que iría, vía consulado, hacia los pobres desgraciados de Italia.
Pero aparte del éxito económico, quedó patente que aquel grupo de muchachos no se dedicaban sólo a un pasatiempo más o menos aristocrático y snob. A partir de entonces la prensa local ( todos los artículos anteriores son del diario Sevilla de enero de 1909) y la misma sociedad sevillana fueron prestando cada vez más atención al fútbol como fenómeno social, el club sevillista llegó a los cien socios, fueron naciendo nuevos clubs…
Si en el ámbito local el Sevilla F.C. dejó constancia de lo que sería una filosofía y un estilo propio que ha llegado hasta nuestros días, a nivel nacional también fue conocido este gesto solidario en una época sin telediarios, ni programas de radios, ni otros medios de comunicación de masas exceptuando a la prensa.
La mayoría de las publicaciones en prensa de noticias en 1909 se materializaban en periódicos de 4 páginas (dos hojas a doble cara) la última siempre se dedicaba a publicidad y el resto en su mayoría a información política y noticias locales. Sólo algunas columnas con breves “sueltos” reportaban otras noticias. Pero esta limitación a las informaciones no privó que aquel “partido de Mesina” apareciese recogido en los rotativos de toda España en los días siguientes a aquel 31 de enero de 1909.
La mayoría de las publicaciones en prensa de noticias en 1909 se materializaban en periódicos de 4 páginas (dos hojas a doble cara) la última siempre se dedicaba a publicidad y el resto en su mayoría a información política y noticias locales. Sólo algunas columnas con breves “sueltos” reportaban otras noticias. Pero esta limitación a las informaciones no privó que aquel “partido de Mesina” apareciese recogido en los rotativos de toda España en los días siguientes a aquel 31 de enero de 1909.
¡Todo un éxito mediático para la época!
Como muestra, un pequeño ramillete de artículos que aparecieron en la prensa catalana (La Vanguardia, Mundo Deportivo), madrileña (ABC, El Liberal, La Época, La Correspondencia), onubense (La Provincia) y vasca (El Correo de Guipuzcoa, El Pueblo Vasco).
Como muestra, un pequeño ramillete de artículos que aparecieron en la prensa catalana (La Vanguardia, Mundo Deportivo), madrileña (ABC, El Liberal, La Época, La Correspondencia), onubense (La Provincia) y vasca (El Correo de Guipuzcoa, El Pueblo Vasco).
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