martes, 19 de julio de 2011

Aquel gol antológico de 1916

El artista es el cuarto por la izquierda.

Hay gente que marca la diferencia, porque tienen el don especial de dejar en nuestras retinas, grabados a fuego, momentos estelares.
Son genios capaces de dejar dormidos todos los relojes en unos segundos mágicos que, se vuelven eternos por culpa de un extraño destilado que sale de sus botas.
Tras la obra maestra, siempre llega el estallido de unos aficionados que se mueven a impulsos sentimentales de un corazón que late gracias a la pasión.
¿Quién no recuerda a Maradona en una de las jugadas de su vida en el mundial del 86?
¿Y a Jesús Navas, dejando atrás a contrarios en una carrera infinita por su banda?
Son esos instantes en los que un jugador se olvida del colectivo y movidos por su propia fe avanza sin pudor en la búsqueda de su verdad.
Hay que ser muy atrevido para ello, creer en uno mismo y tremendamente bueno.
Estos lances son atemporales y por ello; eternos.

Aquel golazo del domingo 9 de enero de 1916.
Se disputaba la semifinal del Campeonato de Andalucía en el campo del Sevilla Football Club en el Prado de San Sebastián, también conocido como campo del Mercantil.
Real Club Recreativo de Huelva frente al Sevilla Football Club.
Días antes, tuvieron lugar dos encuentros consecutivos frente al eterno rival. "El Mundo Deportivo", edición del lunes del 10 enero 1916, en su página 4ª así nos lo cuenta;
Más de ocho mil personas gritaron aquello de “cerillero cinco a cero, pa desgracia del portero” tras el triunfo rotundo del decano –no lo digo yo, lo dice el cronista- del fútbol hispalense
Pero volvamos a nuestro partido.
Si numeroso fue el público que presenció el derby sevillano, más numeroso lo fue en el “match” entre el Recreativo y el Sevilla. El Sevilla se presentó sin Luqué, su primer portero, siendo sustituido por Ruiz, con la natural decepción de los aficionados.
En la primera parte se alternó el juego en ambos campos hasta que en una indecisión del portero sevillista, Mata logra el primer tanto para el Recreativo. El Sevilla intensifica su ataque estrellando por dos veces el balón en el poste de la portería onubense, incluso el público pidió un gol por entender que el balón había rebasado la línea de puerta.
En la segunda parte se acentúa aun más el dominio sevillista, hasta que en uno de los ataques, una mano de un defensor del equipo de Huelva dentro del área hace que el árbitro decrete penalty. El capitán del Recreativo protesta la decisión adoptada y amenaza con retirar a su equipo del campo. La discusión se prolonga y parte del público invade el terreno de juego. El árbitro aguanta el tipo y tras calmarse la situación y ser despejado el rectángulo de juego de espectadores, da marcha atrás y permuta el penalty por un corner a favor del Sevilla. La bronca del respetable fue mayúscula.
El partido estaba casi en el límite del tiempo reglamentario cuando llegó el gol del empate que suponía a la postre forzar un partido de desempate. Un gol de antología.
De Spencer, cómo no.
El relato del gol aparece recogido en “El Heraldo de Madrid”.
Imaginen la escena; terminando ya el partido, ante la crispación y el desasosiego del público y casi en el límite de la eliminación, el interior derecha sevillista realiza una jugada de ensueño. Se echa el equipo a la espalda y el sólo se inventa el prodigio. Saliendo prácticamente desde su área, inicia un slalom sorteando a contrarios a base de driblings y regates a velocidad de vértigo por su banda, lanzando desde larga distancia un obús que penetra por la escuadra onubense.
Imparable, magnífico, sublime.
El público en pleno éxtasis y en un estallido de felicidad se lanza al terreno de juego para abrazar al jugador e intentar pasearlo a hombros, costumbre esta muy generalizada en la época y que sólo ocurría en momentos cumbres, tras faenas grandes.
Spencer tuvo que refugiarse en la pequeña grada con palcos que formaba la trasera de la caseta del Círculo Mercantil ante la avalancha de aficionados que se le venía encima.
Era casi un niño.
Sólo tenía 17 años.

3 comentarios:

Cornelio dijo...

Era época de toreros, y qué mejor aque sacar a hombros a un futbolista.

Genial post, don Antonio, genial.

Gol por la escuadra al Recreativo...

y nuevo partido...

El Eterno Campeón de Andalucía arranca con ese gol.

Anónimo dijo...

Yo no había visto a Spencer, hasta hoy que lo he visto regatear, marcharse por la banda y ese tiro desde larga distancia y golazo por la misma escuadra.
QUE GOL MAS BONITO D. ANTONIO.
Pepeele

Vademécum Sevillista dijo...

D. Antonio, no tengo palabras para expresar mi emoción. Por favor, escríbanos usted ese libro del gran Enrique G.M., se lo debemos.