viernes, 29 de abril de 2011

Pequeño Gilbert, deja que te cuente

Sólo viviste un dia pequeño Gilbert, quizá menos. Apenas unas horas vieron tus ojos la luz del sol filtrada por las cortinas de una ventana en Guzmán el Bueno, cerca de la espadaña de Santa Cruz y de la Alta Torre que nunca supiste que la llamaban Giralda.
Tu existencia fue rápida, un breve llanto, un suspiro leve de aire sevillano. Un guiño a la vida. Un pase de vientre a vientre; de tu madre a la madre tierra. In ictu oculi.
Por eso déjame que te cuente. Permíteme que te sirva de lazarillo, pequeño Gilbert, tú que llevas más de ciento treinta años en la oscuridad de tu nicho.

Tus padres decidieron traerte al mundo en Sevilla, tan británicos ellos. Nunca pudieron imaginar que tú serías sevillano, tan sevillano que llegar a Santiponce sería como ir al extranjero. Por eso quizá nunca pasaste de San Jerónimo y tu único viaje no fue por mar en algún barco de la MacAndrews, sino en coche de caballos traspasando el Arco de la Macarena y poco más.
La vida es un desatino, pequeño Gilbert. De no haberte ido tan pronto a tu paraíso particular, quien sabe si hubieras visto con tus ojos de niño, absorto en el espectáculo, aquella primera partida de football entre el equipo de tu padre, el Sevilla Football Club, y el Club de los ingleses de Huelva. Y habrías saltado de alegría con cada gol sevillista, pateando las piedras de los alrededores del hipódromo emulando a tus ídolos, White o Welton, o meándote de la risa al ver a Geddes pegar patadas a propios y a extraños.
Veinticinco años habrías tenido en 1905 de no haber escurrido el bulto tan deprisa, Gilbert. Lo mismo hasta podrías haber sido el primer presidente del Club tras la oficialización siguiendo los pasos de tu padre, continuando dinásticamente al frente de los destinos del Eterno Campeón de Andalucía. Lo que te perdiste, gorrión.
No sé si en el cielo de los recién nacidos podrás leerme. Es probable que no sepas leer. Te digo esto porque hay por ahí alguno de los Guardianes que habla con tu padre, y tu padre le responde (están locos estos Guardianes). Yo te escribo con la certeza de que nunca me contestarás y eso me alivia.
Pero deja que de vez en cuando te escriba. Me agrada.
Hoy estamos, estás, de boda. Una boda de postín, una Royal Wedding.

Se casa uno de los tuyos, el tataranieto de tu prima segunda Ruth Littlejohn. Dicen que es el heredero al trono de Inglaterra. Tu sangre, pequeño Gilbert, correrá por las venas del futuro monarca británico.
Enhorabuena GILBERT FARQUHARSON JOHNSTON
Fuente; http://freepages.genealogy.rootsweb.ancestry.com/~davie/misc/Crombie.html

6 comentarios:

Puerta 15 dijo...

Don Antonio, este apunte de hoy no es una perla, es un collar entero de perlas australianas para lucir en tal evento. Con lo que nos gusta un bodorrio !

EL PAPI MAGASE dijo...

Levantarse leyendo una entrada como esta es empezar el dia de cine,un abrazo hermano(MAESTRO).

Tántalo dijo...

El pegueño Gilbert estará siempre con nosotros y por la parte que le toca, debe tener un palquito pequeño en el tercer anillo desde el que mira abosorto a esos locos en paño menores sobre los que alguna vez escuchó hablar a su padre.

Genial entrada Antonio.

Alexis Correa dijo...

Felicidades don Antonio. Gran artículo.

Cornelio dijo...

Por don Antonio y su Voladizo

¡HIP, HIP, HURRA!


Por Gilbert

¡HIP, HIP, HURRA!


Por los novios

¡HIPI, HIP, HURRA!


¡Good save the Queen!

Blogosfera Sevilla FC dijo...

Post elegido como uno de los tres mejores posts publicados en la blogosfera sevillista durante la pasada semana.
Felicidades.

Un cordial saludo.
Blogosfera Sevilla FC.