jueves, 21 de abril de 2011

La Semana Santa de 1905, "er pograma" (y III)

Miles de “touristas” invaden las calles de Sevilla en las que se ven muchas hermosas mujeres enlutadas con la clásica mantilla. Los caballeros con chistera y bombín.
A la hora de la visita a los Sagrarios se intentaba escurrir el bulto evitando los lugares que ocupaban las mesas con las temidas “bandejas” que con las señoras de la aristocracia sevillana al frente repiqueteaban buscando el óvolo.
El conde de Benalúa llegó a Sevilla desde Córdoba a bordo de uno de sus automóviles, empleando sólo cuatro horas en realizar el trayecto.
Trenes especiales llegaban con miles de personas, destacando el famoso tren Botijo con cerca de setecientos “botijistas” procedentes de Madrid.
También llegaba a Sevilla la famosa artista Cleo de Merode, universalmente admirada por su belleza.
El rey Leopoldo de Bélgica seguía de incógnito en Sevilla. Al levantarse tomó un baño de agua fría. A las dos de la tarde almorzó y después dio un paseo por la plaza de San Francisco y por los aledaños de la catedral. Más tarde visitó el parque de María Luisa y la casa de Fígaro regresando al hotel. Poco después volvió a salir a pie, a las cuatro de la tarde, y vio la cofradía del Prendimiento en la esquina de la calle Génova. Vestía un traje ligero de lana de color claro. Con la caída de la noche y de las temperaturas regresó a su hotel.
En el Bazar Lozano un velocípedo para niño costaba 10 ptas. y un revólver sistema Smith sólo 12 ptas. En el Bazar Sevillano se vendían cajas de Aceite Vegetal Mexicano especial para las canas por 10 ptas.
Camas de hierro, latón y “nikeladas” en talleres Pérez Cobián. Teléfono número 75 y 83.
Los horarios de las oficinas y centros públicos eran:
Hacienda; de 11 de la mañana a 5 de la tarde.
Aduana; de 10 de la mañana a 2 de la tarde.
Juzgados; de 11 de la mañana a 4 de la tarde.
Diputación; de 11 de la mañana a 5 de la tarde.
Muelle; de sol a sol.
Como cada año el lucimiento acompañó a las cofradías, si bien la desmesura se prodigó en demasía; ciertos pasos fueron bailados al son de pasodobles y algunos cofrades con la cara descubierta bebían ostensiblemente en las filas.
Se preparaba la feria de abril y la exposición de ganados en el Huerto de la Mariana. También se inauguraba en los jardines de Eslava una exposición de industrias locales.
Fuentes y Bombita se anunciaban en el cartel del Domingo de Resurrección.


VIERNES SANTO (MADRUGADA)




El Silencio.


El Gran Poder.


La Macarena.

El Calvario.

La Esperanza de Triana.

Los Gitanos.
VIERNES SANTO (TARDE)



La Carretería.


La Soledad de San Buenaventura.


El Cachorro de Triana.


La O de Triana.




San Isidoro.


Monserrat.


La Mortaja.


Expiración del Museo.


La Soledad de San Lorenzo.

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Un año más se cumplía el ritual. La fiesta grande de Sevilla llegaba a su fin. Todos contentos. Unos habrían hecho protestación pública de su fe, otros quedarían deslumbrados ante la imaginación de una increíble obra teatral con una puesta en escena indescriptible. Los ricos abandonarían sus palcos para volver a su riqueza, los pobres volverían a su miseria y el sector servicios volvería a llenar sus arcas. Llegarían los festejos taurinos y la feria. El carrusel de la primavera sevillana no podía parar. Mientras tanto, en los salones del Centro Mercantil de la calle Sierpes, un grupo de jóvenes seguían dándole vueltas, entre paso y paso, entre fiesta y fiesta, a una pasión desenfrenada por un novedoso sport que se convertiría en una realidad organizada meses más tarde.


5 comentarios:

Cornelio dijo...

Pues que suene la Marcha Real.

Estupenda trilogía.

Enhorabuena.

¡Ahí queó!

RaMonStones dijo...

LAmentablemente nos quedamos sin Jueves santo y sin Madrugá...(si todo sige igual)

justo ahora me voy al Valle a ver a mi Señor de la Salud,que penita más grande,amigo Antonio

excelente su trilogía,como siempre

un abrazo!!

Jose Manuel Ariza dijo...

Saludos.

Magnífica trilogía (incluso los no creyentes somos capaces de admirar el arte en sus múltiples y variadas formas).

Cuídese, señor cofrade.

P.D. D. Ramonstone, amigo, le quedan a usted muchísimas semanas santas por delante. Cuídese para poder verlas.

A. Ramírez dijo...

Sr. Ariza;
En Sevilla, como en el Sevilla, desde siempre y por siempre;
TODOS TENDRÁN AQUÍ CABIDA, o dicho de otra manera; aquí cabemos todos o no cabe ni Dios.

A. Ramírez dijo...

Don Ramón, don Cornelio;
llegarán más Semanas Santas.
Un abrazo.