El campo del Mercantil.
Fué el primer campo propio, medianamente serio y dedicado exclusivamente a la practica del foot-ball. Lejos quedaban ya aquellos primeros match en terrenos del hipódromo de Tablada, recinto multiusos donde se practicaron distintas actividades deportivas por los sportmen sevillanos.
Y como la improvisación no es buena compañera, ya a finales de 1912, en las fiestas navideñas, el corresponsal del diario El Mundo Deportivo, Sr. Creus, nos deja esta deliciosa crónica de cómo se probó el campo y las características del mismo.
El partido inaugural, en enero de 1913, fue todo un acontecimiento social, que dio cita en el Prado a todo lo más granado de la sociedad sevillana de la época;
La crónica (ni que decir tiene, que ambos bandos ,rojo y blanco, eran equipos del Sevilla Foot-Ball Club);
El equipo rojo (el primero en marcar);
El equipo blanco (que al final empató);
Y si la anterior crónica se hace desde un periódico catalán, la siguiente se realiza desde uno malagueño, y no puedo utilizar crónicas sevillanas porque no existe ningún periódico sevillano digitalizado en internet...
En el descanso del encuentro se obsequió a las personalidades invitadas una magnífica merienda-lunch de la que sin duda participaron los jugadores, por eso no es de extrañar el bajón de juego en la segunda parte. El partido finalizó con empate a uno y un desfile que resultó brillantísimo.
Pero como era habitual en aquellos años, aquí no podía acabar la fiesta. Acabó como de costumbre en la calle Sierpes en el restaurante Pasaje Oriente.
Y tras la anterior crónica sobre el banquete, miren que sorpresa; ese mismo día en Sabadell y defendiendo la elástica del Universitary un joven ayudaba a la goleada de su equipo. Sí, nuestro entrañable "Lamparilla", D. Juan Armet de Castellvi "Kinké".NOTA;
Tres años después de la inauguración del campo del Mercantil, en octubre de 1916, y ante el auge del fútbol, se decidió vallar el recinto, tiñéndo el vallado con los colores de la ciudad de Sevilla, de ahí que popularmente se le conociese como el campo de las tablas rojas. Amén de otras importantísimas reformas.
Fuimos, una vez más, pioneros.
2 comentarios:
Excelente, como de costumbre. La ocasión tuvo que ser interesantísima. Cuentan que la valla metálica de la Fundición Balbontín que rodeaba el campo tenía postes verticales rematados con el escudo del club. ¿Te lo imaginas? Conservar alguno de ellos sería una auténtica reliquia.
Creo que esos postes se colcaron posteriormente al instalar el vallado de madera en 1916.
Añado post, al post.
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