viernes, 10 de junio de 2011

El abuelo no tiene quien lo quiera

Estamos matando al abuelo poco a poco.
Se está desangrando y hemos cruzado los brazos.
El abuelo lentamente se nos va.
El abuelo es una ruina. No genera ingresos porque su vida laboral terminó hace muchos años y lastimosamente no tiene pensión. Nosotros, los que estamos obligados a mantenerlo no queremos complicarnos la vida y cada día le damos más la espalda. Somos demasiado egoístas con el presente y trabajamos duro para que éste sea agradable, trabajamos por el hoy y por el mañana las veinticuatro horas del día de los trescientos sesenta y cinco días del año. Somos unos fieras en eso de trabajar duro para que la familia de unos resultados económicos positivos. No nos importa nada, sólo buscamos un objetivo; la rentabilidad. Esto nos hace grandes y poderosos, esto nos llena de orgullo. Escuchamos a todo el mundo, eso sí, pero después somos nosotros los que tomamos las decisiones porque para eso somos los números uno. En obtener ganancias no nos gana nadie.
Menudos somos.
Les decía que el abuelo está torpe y estorba. No sabemos donde ponerlo. Para colmo el abuelo es grande como una montaña y su carga se hace aun más pesada. Es un trasto viejo.
Es un lastre para la familia.
Nuestra falta de entendederas no sabe como sacarle un beneficio real al abuelo.
Le tenemos cariño, claro que sí, ¿quién no quiere a su abuelo?
Pero no, decididamente no, interesa sólo de forma residual y en un último plano lo más alejado posible.
Hubo un tiempo en que el abuelo era un joven vigoroso y fuerte, era grande y todos le respetaban. Fue tan grande que poco a poco, con el sudor de su frente, fue labrando todo el patrimonio familiar que tenemos hoy en día. Él sólo. Todo se lo debemos a él. Con su esfuerzo logró que ahora seamos lo que somos. Él creó y construyó los cimientos y los pilares de nuestra casa. Todo se lo debemos a él. Incluso algunos de la familia le nombran cuando les interesa para vanagloriarse ellos mismos.
Pero la memoria es caprichosa y sobre todo; corta.
El abuelo tiene los achaques típicos de la edad. Por eso, además de no generar ingresos, nos cuesta una pasta considerable. Todo el santo día estamos de médicos, comprando medicinas y tratamientos de larga duración, visitando al dentista porque la dentadura se le va quedando grande o acudiendo cada dos por tres a la óptica porque necesita gafas cada vez con más aumento. Para colmo ya apenas controla su esfínter y está todo el día poniéndolo todo perdido. Es un problema.
Quizá la solución sea dejarlo en un rincón y que se vaya apagando él sólo rodeado de sus miserias. El problema es que el abuelo no tiene miserias, sólo grandezas aunque a veces lo olvidemos.
Alguno de la familia quizá decida desmembrarlo en pedazos y exhibirlos por las estancias de la casa como si de trofeos de caza se tratase...
¿Sabes una cosa abuelo? Yo sí te quiero. Soy un romántico y no puedo remediarlo. También hay en casa otros locos como yo que saben lo que fuiste y te quieren y te lo agradecen. Te glorifican como no te imaginas.
Pero nosotros no somos nadie en esta familia donde otros llevan el timón, aunque quiero que sepas que no somos unos cobardes.
Por eso estamos contigo abuelo. Te defenderemos como te mereces y lucharemos por ti para que no te falte de nada mientras estés con vida. Ojalá sea una larga vida.
Prepárate para el combate abuelo.
Nos han declarado la guerra.

9 comentarios:

Jose Manuel Ariza dijo...

Yo también te quiero, abuelo.

Te quiero como no te imaginas.

Y hay muchos como yo, mejores que yo, que te quieren tanto o más que yo.

Gracias, Antonio. Me sacas las lágrimas porque yo también soy un sentimental que quiere al ABUELO.

Cornelio dijo...

Pues un día en la tienda, me compré un polo con la foto del abuelo.

Te queremos abuelo.

¿Te acuerdas de Eindhoven?

Sí, el día de esa copa que nos cambió la vida a los más jóvenes...

¡Cómo saltabas con los Biris!

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EL PAPI MAGASE dijo...

¿quien osa ofender al abuelo? que no me lo toquen que por las buenas soy mu bueno,pero a mi abuelo que ni lo tosan siquiera que por las malas mejor que no me conozcan.

Gran entrada Antonio,digna de hacer reflexionar a todos sin distinción,te doy un aplauso como no podia ser de otra forma,plas,plas,plas,plas,plas,plas.

Nacho Mateos dijo...

Antonio, magnífico post.

Nuestro abuelo es el mejor abuelo del mundo, y su historia es la más linda jamás contada.

Orgullosos tenemos que estar de nuestro abuelo, y yo también de tener amigos sevillistas de la talla de un tal Antonio Ramírez.

Un abrazo.

Tantalo dijo...

Encima hay quien se pone a contar las batallitas del abuelo, con lo aburridas que son.

Eso ya no interesa hombre.

Ahora, poder tomarte un Gin Larios servido dentro de la supercopa de España! Eso no tiene precio...

Y el abuelo disecado mirándote desde la urna al lado de la pantalla de 40 pulgadas.

Que delicia...

cruzcampo sfc dijo...

Yo lo voy a decir de otra manera: muchos golpes en el pecho pero la historia del club decano de 1890 le importa un pepino a los dirigentes del actual Sevilla FC. Desgraciadamente aquí tiene cabida el estilo chabacano alvaradiano y el de todos sus palmeros, y en cambio se pisotea a nuestra historia y al trabajo de nuestros historiadores. No conozco a mi club.

MARIAMP dijo...

Ayer me acordé mucho de tí y de tus compañeros. No quiero perder la esperanza, de que el abuelo al final, tenga el sitio que se merece.

Un beso Antonio.

Blogosfera Sevilla FC dijo...

Post elegido como uno de los tres mejores posts publicados en la blogosfera sevillista durante la pasada semana.
Felicidades.

Un cordial saludo.
Blogosfera Sevilla FC.

A. Ramírez dijo...

A/a Blogosfera Sevilla.
Muchas gracias.