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Pd: querido Álvaro, tus deseos son órdenes.
Y aquí con más detalle;
No cuestiono que habrá muchos españoles en Japón y que muchos sean sevillistas. Es probable que mi anónimo visitante sea uno de ellos.
Tampoco descarto que haya algún japonés enganchado al Eterno Campeón de Andalucía y mate el gusanillo de su pasión recorriendo la incomparable blogosfera blanca y roja.
Puedo estar totalmente equivocado y en realidad lo que llega desde Japón no es más que el NODO de conexión de internet, y el visitante puede estar en otro lugar del mundo.
Sea como fuere, el caso es que el pasado 11 de marzo Japón se vio sacudido por un brutal terremoto de 8.9 grados en la escala Richter. Una barbaridad. Después todos hemos seguido en directo los efectos devastadores de un tsunami que ha dejado, de momento, más de ocho mil muertos y muchos miles de desaparecidos que, mucho me temo engrosarán la nómina de los fallecidos para elevarla a más de veinte mil. A esto tendremos que añadir los efectos, terribles, de la radioactividad. Ya saben.
Estas cosas te hacen plantearte, o mejor dicho replantearte si merecen la pena ciertas conductas que mantenemos a diario.
No sé.
La vida ya de por sí es dura y no entiendo como la hacemos más dura aun por nimiedades.
Por eso cada vez que entro en el Voladizo, sin querer me acuerdo de mi puntito de Japón.
Porque, puntito de Japón; es un puntazo tenerte.
Ojalá me sigas leyendo. Eso sería todo un éxito. La vida es ya en sí un éxito.
Y ya termino.
Como lo hace mi amigo Ariza (no encuentro otra forma mejor):
CUÍDATE.
La otra tarde, a la conclusión del programa, nos contaba como en un partido de liga en el Sánchez-Pizjuán frente al Bilbao, en el que entre la niebla le endosamos un cinco a cero a los vascos, la prensa ponía el “pero” de rigor alegando que al Athletic Club le faltaban dos de sus mejores jugadores; Carmelo y Etura. También nos narraba que meses más tarde, en la segunda vuelta allá en Bilbao, le volvíamos a meter otros cinco…pero esta vez alineando el equipo vasco a Carmelo y Etura.
Pero lo más increíble del asunto es que lo que acababa de contarnos ocurrió en la temporada 1959/60. Recordaba perfectamente aquello con pelos y señales ¡más de cincuenta años después!
Estadio Ramón Sánchez-Pizjuán, 20 de diciembre de 1959.
La prensa catalana calificó el partido con excepcional por parte de los sevillistas, que dieron un baño de fútbol a los vizcaínos, que terminaron la liga como terceros. El Sevilla acabó cuarto clasificado.
La niebla de aquella tarde.Las alineaciones.
Hemos localizado la reseña periodística mencionada por la se justificaba, en parte, lo abultado del tanteador. La realizó la prensa sevillana. Además del portero Carmelo y el medio Etura también faltaba el delantero Maguregui en el equipo vasco.
Estadio San Mamés, 10 de abril de 1960.
¡Con Carmelo, Etura y Maguregui!
Antonio Carrasco: ¡qué tío!
Hace un tiempo ya nos contaba nuestro amigo Carlos Romero en su Palangana Mecánica, la estrecha relación que mantuvieron los equipos sevillanos en la llamada Guerra de Marruecos.
También vimos en este Voladizo el asunto de la Copa del Soldado de África.
Hoy trataremos someramente el famoso combate para defender el convoy de Tizza y su relación con los equipos de la ciudad de la Giralda.En las primeras horas de la madrugada del 29 de septiembre de 1921 salieron las tropas del general Tuero con objeto de abastecer la localidad de Tizza y destruir el poblado moro que rodeaba la citada ciudad, pues dificultaban notablemente los convoyes que debían llegar a la misma.
La batalla fue dura. El primero en entrar en Tizza fue el general Cavalcanti.
“El general Cavalcanti desafiando el peligro, pasó a caballo por el poblado moro seguido de su Cuartel y de los 25 ingenieros, bajo una verdadera lluvia de balas. Los soldados que guarnecían Tizza le recibieron con grandes vítores a España y al general. El acto del general comunicó tal energía y entusiasmo a las tropas que al poco rato entró todo el convoy en Tizza.”
La Legión y los Regulares también intervinieron de forma decisiva en el combate;
"En la tarde de este día el enemigo ha roto sobre él su fuego de cañón desde las laderas del Gurugú; un cañonazo ha caído en el blocao y su oficial es herido; el fuego de fusilería es al mismo tiempo muy intenso, el enemigo lo rodea y espera conquistarlo.
De la Segunda Caseta avisan al Atalayón que el blocao tiene herido al oficial y necesita auxilio. El Teniente Agulla, que manda las fuerzas de la Legión destacadas en este último punto, quiere ir en su socorro; no se lo permiten; sus hombres son necesarios en la defensa de su posición.
Entonces reúne a la tropa y pide voluntarios para ir con un Cabo a reforzar el blocao durante la noche. Todos se pelean por ir; entre ellos escoge a un Cabo y catorce legionarios que ve más decididos; es el Cabo Suceso Terrero, cuyo nombre ha de figurar con letras de oro en el libro de la Legión.
Saben que van a morir; antes de marchar, algunos soldados hacen sus últimas recomendaciones; uno de ellos, Lorenzo Camps había cobrado días antes la cuota y no había tenido ocasión de gastarla; hace entrega de las 250 pesetas al oficial diciéndole:
- Mi Teniente, como vamos a una muerte segura, ¿quiere usted entregarle en mi nombre este dinero a la Cruz Roja?.
Anochece cuando llegan al blocao; el enemigo lo ataca furiosamente y dos soldados caen heridos antes de cruzar las alambradas, pero son recogidos; cuando entran en el blocao encuentran al oficial gravemente herido y otros soldados están ya muertos.
La noche ha cerrado y el enemigo ataca más vivamente; un enorme fogonazo ilumina la posición y un estampido hace caer a tierra a varios de sus defensores; los moros habían acercado sus cañones y bombardean el blocao furiosamente; en pocos momentos el “Malo” había desaparecido, y sus defensores quedaban sepultados bajo sus escombros... ¡Así se defiende una posición!... ¡Así mueren los legionarios por España!.
Sigue la columna la carretera de Hidum; deja atrás la posición de Sidi Amarán y extendiendo sus guerrillas por las peladas lomas llega al Garet, posición ocupada por una compañía y batería y desde donde se domina el camino a Tizza.
Los jarqueños hostilizan desde las lomas próximas y legionarios y Regulares se encargan de ocupar las alturas y aduares para proteger el paso del convoy.
Los barrancos y cañadas son perfectamente vigilados, las balas silban y el convoy entra sin novedad en Tizza.
Fuente; CIV. Francisco Franco. Diario de una bandera .3ª Parte.- El 2º blog de Catt69.
Pero en aquel combate para defender el convoy a Tizza también tuvieron relevancia dos de los nuestros. Dos de entre los varios representantes del fútbol sevillano en aquella guerra del norte de África.
Uno que pretendió quitarnos un campeonato; Alarcón.
Otro que ostenta aun el record de goles marcados por un mismo jugador en un derbi, hasta ocho; Ramírez.