viernes, 23 de abril de 2010

El chaval de la gorra.

¿Se puede ser más feliz?
El chaval de la gorra está exultante. La felicidad y la alegría que desprende su cara transmiten un cúmulo de emociones incontroladas. Sus brazos abiertos de par en par parecen querer abrazar a todo el que sienta como él. Esgrime con orgullo y desenfreno, un heráldico emblema que representa a su ciudad y a una pasión llamada Sevilla F.C. No hay en todo el universo nadie más bienaventurado que él. La dicha más absoluta lo rodea. Comanda la satisfacción de una tropa de fieles seguidores, que sin importarle los más de quinientos kilómetros de distancia, han acudido a Chamartín de la Rosa un 30 de junio de 1935, después de un largo y tortuoso camino, bien por carreteras interminables, bien en un viejo tren de vapor con vagones de madera. Al chaval de la gorra no le importa nada. Sólo quiere disfrutar su felicidad y gozar del sueño de verse campeón de España. Él se siente parte de un entramado pasional y suyo es el triunfo.
Era nuestra primera final en el Campeonato de España, que se dilucidaba bajo la denominación de Copa del Presidente de la República. El Sevilla había doblegado al Madrid, Atlético de Madrid y Osasuna, ahora tocaba la final frente al Sabadell. La ganamos por tres a cero de la mano de Eizaguirre, Euskalduna, Deva, Alcázar, Segura, Fede, López, Torrontegui, Campanal, Tache y Bracero.
El chaval de la gorra y todo el sevillismo eran Campeones de España. Nuestro primer y ansiado título nacional.
Probablemente, ojalá me equivoque, el chaval de la gorra ya no esté entre nosotros, al igual que la inmensa mayoría de los más de cinco mil sevillistas que se dieron cita aquella tarde en Madrid y que ya gozan de un confortable asiento de tribuna en el tercer anillo.
Han pasado setenta y cinco años. En este tiempo, el sevillismo ha disfrutado de varias finales más, tanto nacionales como internacionales y seguro, que siempre hubo miles de aficionados que disfrutaron siguiendo a su equipo, tanto, como nuestro chaval de la gorra.
Ahora, de nuevo tenemos la oportunidad de disfrutar de otra final. De aquella de 1935 a ésta de 2010 sólo varían los actores, el lugar y el atrezo, porque el guión sigue siendo el mismo; el Sevilla buscando su sueño de volver a ser Campeón y una afición que nunca le dará la espalda.
Y quien sabe si de entre los miles de aficionados que colmarán el Camp Nou, aparecerá de nuevo un chaval con una gorra –o con un sombrero- , el más bienaventurado del universo, que gritará;
¡VIVA EL SEVILLA!
¡EL SEVILLA CAMPEÓN!

2 comentarios:

Tántalo dijo...

Viva el chaval de la gorra y que vivan los chavales del sombrero!

Un saludo Antonio!

Puerta 15 dijo...

De gorra o de sombrero,como dice Tántalo, con bufandas, con banderas...
Y ahora que estamos en Feria, como dice la letra de una sevillana,

A cualquier niño andaluz
lo que más le maravilla
es decir como mi padre
SEÑORES, SOY DEL SEVILLA !!

Un abrazo