Coincidió su presidencia con uno de los mejores equipos de la historia de nuestro club. La delantera del miedo en todo su esplendor, la internacionalidad de Spencer y Herminio, así como una serie de iniciativas ligadas al deporte que supusieron toda una innovación en la historia del deporte andaluz.
No quiero hacer una semblanza de Blasco Garzón en la presidencia del Sevilla, para ello prefiero que paseen por los párrafos que le dedica nuestro buen amigo Carlos Romero en su Palangana Mecánica.
Quiero traerles a estas líneas otra faceta, quizá poco conocida, de este ilustre sevillano que por cierto también carece de calle o plaza en nuestra ciudad.
Blasco Garzón, inspirado sin duda por los ideales que llevaron a fundar el club decano del fútbol sevillano, es decir, el fomento del sport en la juventud como principio básico para el desarrollo saludable de la misma fuera cual fuese su estrato social (“todos tendrán aquí cabida”), entendió que con la cultura había que proceder de igual modo.
El alto grado de analfabetismo y la incultura general era una terrible y pesada losa que soportaba la sociedad sevillana de la época, que quedaría en evidencia más aun en vísperas de la próxima Exposición Iberoamericana que se avecinaba. La preocupación de Blasco por lo comentado y el hecho de ocupar diversos cargos de relevancia en el Ateneo hispalense hasta ostentar su presidencia, le posibilitaron llevar a cabo sus ideas de un Ateneo popular, que no populista, un Ateneo por y para el pueblo, contra la ignorancia y la incultura que minan los cimientos de la libertad.
Si la montaña no viene a mi, yo me voy a la montaña, pensaría, y no dudó en sacar el Ateneo a la calle. Es conocida por todos la famosa fotografía de Blasco con los poetas de la Generación del 27.
Pero no tan conocida es esta muestra que aquí les traigo de Manuel Blasco Garzón llenando el ateneo de gente humilde y sencilla a los que abrió de par en par las puertas de la institución ateneísta. O en la siguiente saliendo a los barrios, a las casas de vecinos y a los corrales sevillanos. La foto pertenece a una de esas famosas reuniones literarias, concretamente en una casa de vecinos de la calle del Golfo, donde para sorpresa de los poetas y ateneistas asistentes, la vecindad les recibió adornando el patio con cadenetas, farolillos, mantoncillos de papel y una gran pancarta en la que se leía; !VIVA EL ATENEO!En palabras del actual Presidente del Ateneo de Sevilla, D. Enrique Barrero González;
En 1925 Blasco Garzón participa activamente en uno de los grandes hitos de la Historia del Ateneo en la época a que me estoy refiriendo: la salida a los barrios, la salida a las casas de vecinos para hacer partícipes de la cultura a aquellos que no iban, ciertamente por el Ateneo y que ni siquiera soñaban, tal vez, con poder acercarse a ella. El Ateneo pretendía, en la medida de sus fuerzas, según la memoria, llevar el nivel cultural a los barrios y contribuir a la educación de los ciudadanos, ayudando a la lucha contra el analfabetismo.
El propósito era tan loable como audaz. A nadie -nos dice María de Pablo Romero en su Historia del Ateneo- se le ocultaban las dificultades, pero los ateneístas no se arredraron. Y como luego se escribió en la memoria donde entramos con recelo y temor, fuimos recibido con agrado y simpatía... nos iba cobijando el nombre del Ateneo, tantas veces bendecido por ellos con motivo de las fiestas de Reyes Magos.
Se celebraron veladas literarias en la llama Casa de los Estudios, en el Corral de la plaza de Menjíbar, en el Corral de los Carros... Blasco Garzón intervino en El Corral del Conde, de la calle Santiago el día 5 de agosto y según la memoria excitó al pueblo a prepararse para el Certamen de la Exposición Iberoamericana y a recibir dignamente a los hermanos de América que nos visitarían en breve. Alfonso Grosso que estuvo presente comentó que el numeroso y variopinto auditorio formado por hombres, mujeres y niños, aplaudió a rabiar; en la velada actuó también un guitarrista y Juan Lafita leyó el canto a Sevilla de la obra Don Luís Mejía, de Eduardo Marquina.
El propósito era tan loable como audaz. A nadie -nos dice María de Pablo Romero en su Historia del Ateneo- se le ocultaban las dificultades, pero los ateneístas no se arredraron. Y como luego se escribió en la memoria donde entramos con recelo y temor, fuimos recibido con agrado y simpatía... nos iba cobijando el nombre del Ateneo, tantas veces bendecido por ellos con motivo de las fiestas de Reyes Magos.
Se celebraron veladas literarias en la llama Casa de los Estudios, en el Corral de la plaza de Menjíbar, en el Corral de los Carros... Blasco Garzón intervino en El Corral del Conde, de la calle Santiago el día 5 de agosto y según la memoria excitó al pueblo a prepararse para el Certamen de la Exposición Iberoamericana y a recibir dignamente a los hermanos de América que nos visitarían en breve. Alfonso Grosso que estuvo presente comentó que el numeroso y variopinto auditorio formado por hombres, mujeres y niños, aplaudió a rabiar; en la velada actuó también un guitarrista y Juan Lafita leyó el canto a Sevilla de la obra Don Luís Mejía, de Eduardo Marquina.
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4 comentarios:
La Cultura hay que llevarla a todos, sin distinción.
Ateneo Popular, veladas poéticas en los corrales de vecinos.
Contradictorio y único, republicano defensor de la Semana Santa, Blasco Garzón es una figura pardigmática en la fusión de culturas de Sevilla.
Una Giralda de nuestra ciudad...
Saludos.
Ateneo (según el Diccionario Enciclopédico Espapa):
"Podríamos decir que la diosa griega Atenea, también conocida como Palas, estaba realmente ocupada en su divina labor. Recordemos que a su condición de ser una de las diosas más importantes del Olimpo e hija de Zeus, unía la de ser la diosa de la sabiduría (representada por su animal favorito, la lechuza) y de la victoria. Además, era madrina de la ciudad a la que le dio el nombre (Atenas, obviamente), fue considerada la inventora de la flauta y, por si fuera poco, se le atribuye el honor de introducir el helenísimo olivo en el Ática. No es de extrañar, pues, que uno de los monumentos más emblemáticos de aquella civilización, el Partenón, esté dedicado a ella.
Pero no sólo se le dedicó ese fantástico templo de la Acrópolis, mandado levantar por Pericles (aprox. 495-429 a. C.), sino también su templo en Atenas, el Atenaión, donde los poetas se reunían y leían sus obras y se enseñaba filosofía. Serían los romanos quienes, pese a identificar a la diosa griega con su propia diosa Minerva, conservaran la idea y dieran el nombre latinizado de Athenæum a un tipo de escuela destinada al estudio de las artes. De ahí a nuestros ateneos sólo hubo un paso, posible por la fundación de algunos de estos centros en la Francia de los siglos XVIII y XIX, gracias a los cuales seguimos conservando el nombre para esas instituciones literarias o científicas que se dedican a la difusión cultural."
Como podemos ver, se trata de una institución eminentemente cultural. Si a ello unimos las inquietudes personales de tamaño personaje, no debería extrañarnos sus iniciativas de culturización y progreso.
Loores a otra gran persona y sevillista.
Gracias, amigo.
Cuídate.
A veces los comentarios superan lo comentado.
Gracias
Me sumo a la petición de calle en la ciudad. Poco personajes hay más emblemáticos que éste. Y su bigote es más estilizado que el de algunas propuestas recientes...
Bromas aparte, enhorabuena por el post y por los comentarios.
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