domingo, 31 de mayo de 2009

La jugada de la “perra perdida”.


Que mi capacidad de asombro no tiene límites es algo que a estas alturas no debe sorprenderles. Como cada vez sé menos de todo, disfruto más de estos pequeños detalles que nuestra historia no deja de depararnos, ante mi perplejidad, diversión y satisfacción.
No tengo claro si estamos ante un claro caso de genialidad, de polivalencia, de divinidad, de arte o de poquísima vergüenza. Lo mismo es un cúmulo de todo. Son situaciones que sólo están al alcance de muy pocos elegidos, casi son propiedad exclusiva de los geniales artistas de nuestra tierra.
Les dejo el artículo.
Estamos en noviembre de 1924 y el Sevilla jugaba en Málaga. Por la lesión del guardameta titular actuaba como portero… mejor se leen el artículo y me cuentan sus conclusiones.






"No se puede tener más ángel"

2 comentarios:

Vademécum Sevillista dijo...

Un genio, en el sentido más amplio de la palabra. Decidídamente, ya, una calle en Sevilla para Enrique.

cornelio dijo...

Genial.

Admirable tu capacidad des sorprendernos con auténticas, joyas, auqne valgan "una perra gorda".