domingo, 4 de diciembre de 2011

La salida a hombros de Juan Tornero

Juan Tornero de Orta nace en Sevilla el 16 de febrero de 1894 y aparece en la disciplina sevillista en una sola temporada, la 1916/17, tras llegar desde Italia donde cursaba sus estudios y donde practicó y desarrolló una genuina forma de jugar al fútbol.

Sobre su familia, el doctor Pareja nos cuenta lo siguiente:

"Para iniciar la historia nos remontamos al Alosno donde Manuel de Orta Limón se casa con su prima María Blanco de Orta y tienen un hijo, Juan José de Orta Blanco, un alosnero nacido en 1836, que emigró a Argentina en 1862 supongo que a buscarse la vida. Allí conoció y se casó con una dama que se llamaba Ana Sousa-Martins Rocamora, hija de Antonio Sousa-Martins Branco de Hasedo, portugués y de María Dolores Rocamora y Cruz, uruguaya de Montevideo.

El alosnero Juan José de Orta Blanco y la argentina Ana Sousa-Martins eran aficionados a la coyunda pues tuvieron trece hijos: Juan José, María Manuela, Ana, Dolores, Manuel, Emilia, Elena, Eduardo, Elisa, Roberto, Delia, Fernando y Enrique de Orta y Sousa-Martins. Los ocho primeros nacidos en la Argentina y los siguientes en España.

Según me cuenta mi madre, el bisabuelo Juan José al llegar a España se instaló en Sevilla y compró una casa esplendida en la Plaza de San Martín, que se conserva ahora igual que entonces. Veraneaban largas temporadas en Cartaya, donde se casaron y quedaron a vivir algunos de sus hijos e hijas.

María Manuela de Orta y Sousa-Martins, nace en Buenos Aires en 1869. Al llegar de niña a Sevilla vive en la Plaza de San Martin. Se casó con Juan Tornero Toresano, y tienen cuatro hijos: Fernado, María Luisa, Maria Delia y JuanTornero de Orta."

La técnica y el estilo que aporta tras su estancia en el extranjero le hacen obtener la capitanía desde un primer momento. Jugaba de medio centro.

En aquellos años el capitán de un equipo ostentaba una consideración distinta a la que tienen hoy en día. El capitán, además de elegir la alineación, debía convocar a los jugadores; hacerles estar a su hora y debidamente equipados en el partido; proponer la táctica de juego y dar las instrucciones precisas desde dentro del campo para que se llevasen a cabo. Tenía que ser verdaderamente bueno para llegar y ser nombrado capitán.

En enero de 1917 contribuyó a obtener la Copa de Sevilla frente al Eterno Rival.

Fue en aquel famoso partido donde se escuchó por segunda vez aquello de;
También fue decisiva su intervención en la final del Campeonato de Andalucía, donde el Sevilla F.C. ganó por cuatro tantos a cero al Recreativo de Huelva, obteniendo por primera vez el título de Campeón Regional comenzándose a forjar la leyenda del Eterno Campeón de Andalucía.
Tras este partido Tornero decide dejar el fútbol "cortándose al coleta" si bien, el retiró duró poco pues es convencido por Paco Alba para que volviese a los terrenos de juego. Áurea torera tenía su figura.
Participó en la primera semifinal del Campeonato de España frente al Madrid F.C.
A pesar del severo correctivo en el primer partido jugado en Madrid (ocho a uno para los madrileños en la tarde del 11 de marzo de 1917) la prensa madrileña elogió el juego sevillista que comenzaba a despuntar en el panorama futbolístico español y que difería mucho de aquel Sevilla que jugó en Madrid en 1915.
Y llegó el día del mágico partido de vuelta. Sevilla 18 de marzo de 1917. A las cuatro de la tarde, en un Mercantil abarrotado de público y con la Giralda como testigo, se produjo la hazaña. Los espectadores presenciaron una tarde memorable comparable sólo a una tarde grande en la Maestranza.

Contra todo pronóstico el Madrid clavaba la rodilla por primera vez ante el Sevilla F.C.

Juanito Tornero dirigió con sabia precisión el juego de los equipiers sevillistas hasta llevarlo a la cima de la Gloria.
Spencer fue el goleador aquella tarde en la que tras el partido los aficionaros pasearon a hombros a Tornero por los terrenos del Prado de San Sebastián.
La siguiente foto pertenece a la previa de este partido.
Coincide este partido con la llegada de Kinké a Sevilla. El gran Armet había visto el primer partido en Madrid, quedando sobrecogido por esa forma singular de jugar a pesar de la derrota. Unas pequeñas indicaciones del delantero catalán sirvieron para el triunfo.
En la foto anterior (arriba a la izquierda) aparece Kinké, que actuó como linier, con un sombrero de ala ancha en aquella tarde torera.
Un día después, en el partido de desempate el Madrid resuelve la eliminatoria a su favor. Pero la proeza ya estaba hecha.


En el verano de 1917, Juanito Tornero muere al contraer unas fiebres tifoideas tras bañarse en una charca en Aznalcollar.

Tras su muerte, el periodista deportivo Antonio Olmedo le dedicó estas sentidas palabras:

"Juan Tornero salió aquella tarde en hombros de sus admiradores"

Fuentes
; Revista Madrid Sport (1917), "Sevilla FC Casi un siglo de jugadores" de Antonio Martín Lorenzo, blog Casos Clínicos de Celso Pareja-Obregón.

4 comentarios:

Jose Manuel Ariza dijo...

Saludos.

Este tío se merece un monumento.

Cuídate.

Cornelio dijo...

Genial otra vez más.

Un tesoro desconocido de nuestra historia.

Tántalo dijo...

Un mausoleo para Tornero, si señor.

Perla preciosa Antonio.

José Luis Herrera dijo...

QUE GRAN DESCUBRIMIENTO, QUE POCO SE CONOCÍA DE ESTE GRAN JUGADOR.
UN POST MAGNÍFICO.