Que quieren que les diga.
Me ha llegado.
Me ha tocado el alma, el sentimiento y las entrañas. Las mariposas han vuelto a revolotear por el estómago.
No sé si soy más trianero o más sevillista. Ni lo sé ni me importa. Las dos cosas me hacen perder la razón y las entendederas. Mi Sánchez Pizjuán y mi Puente, mi Escudo y mi Rio.
Este Guadalquivir que no hace mucho vió llegar por sus aguas una Copa europea, el mismo que se ha tragado a tantos jovenes de mi barrio, que nos ha dado y quitado tanto. El mismo rio que refleja cada Viernes Santo a otro trianero clavado en un madero, horas después de que una niña morena vuelva llena de encajes y flores, guapa guapa guapa, camino de su casa.
La foto del equipo de mis sueños, sobre la postal del paraiso terrenal; el bar Faro, la Capillita del Carmen, el ficus del Altozano y el Puente.
!Viva el Sevilla y Triana!
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