domingo, 28 de octubre de 2007

3-0 Así sí.




Así sí. Nada de horchata. Sólo sangre caliente y roja a borbotones por todos los rincones del Sánchez Pizjuán.

Ya antes del partido se notaba en el ambiente por los aledaños del campo.
Es un no sé qué que se palpa, que se percibe en el aire. Es una mezcla de nerviosismo, orgullo y alegría.

La grada volvió por sus fueros, sin divisiones, todos a una. La Bombonera debería ser declarada lugar de culto. Ya es un lugar de cultos, porque hay que ser tremendamente inteligentes, para entender y hacer ver que a los cobardes y a los traidores, se les desprecia con el silencio, con el olvido.

El mejor partido en lo que va de temporada. Noventa y seis minutos de lucha, de garra, de entrega, de fútbol. ¿No decían que este equipo se cansaba y no estaba bien en las segundas partes?

Cada uno jugó en su sitio. Los laterales de laterales, los centrales de centrales, los medios en la media.

Keita. “Pa” echarle de comer aparte. El todopoderoso. Todo lo ve, todo lo corta, todo lo pasa, todo lo puede. ¡Viva Monchi!

Todo el equipo conjurado. Luchando por sus colores y por su afición.
Gran noche para el sevillismo.

Y Jiménez. Que alegría volver a escuchar su nombre coreado. Como hace veintitantos años se oyó por vez primera.
Manolo Jiménez portador de los genitales más cantados del mundo.

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