(Del lat. arĭes, -ĕtis, carnero).
1. m. Máquina militar que se empleaba antiguamente para batir murallas, consistente en una viga larga y muy pesada, uno de cuyos extremos estaba reforzado con una pieza de hierro o bronce, labrada, por lo común, en forma de cabeza de carnero.
2. m. En el fútbol, delantero centro.
3. m. Mar. Buque de vapor, blindado y con un espolón muy reforzado y saliente, que se usaba para embestir con empuje a otras naves y echarlas a pique.
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A parte de estas acepciones de nuestro diccionario, comúnmente también se utiliza para mentar a todo aquello que es capaz de empujar e introducirse en las más angostas, profundas y húmedas cavernas…Bueno, dejémoslo ahí.
En el mundo del fútbol designa, a partir de los locos años veinte, al delantero centro. Aquel que en el esquema de juego ocupa la posición central del ataque, el que lidera la línea delantera como cabeza principal de la avanzadilla y que es llamado en la mayoría de los casos a perforar la meta rival, ayudado por la inestimable labor del resto de los delanteros encargados de no cejar en el empuje.
Pero volviendo a la primera definición, veíamos como un ariete es un arma de asedio originada en épocas antiguas, usada para romper las puertas o las paredes fortificadas. En su forma más simple, un ariete es tan sólo un tronco grande y pesado, cargado por varias personas e impulsado con fuerza contra un obstáculo. El ímpetu del ariete es suficiente para dañar el objetivo. Normalmente lleva incorporada al tronco la cabeza de un carnero para aprovechar su cornamenta enroscada en forma de círculo. Hay una idea que agrupa, un tronco común, un mismo apellido, un deseo de aunar esfuerzos por una causa concreta y que establece vínculos entre todos los que colaboran en el empuje.
El ariete, repito, se utilizaba para dar cabezazos contra las murallas y sus puertas. No importaba su material; piedra, ladrillo, hormigón o cemento. Su victoria dependía de lo dura que fuera la cabeza que percutía y del número de gente que viniera empujando detrás. Con fe y con ansias de victoria el éxito estaba garantizado.
Mientras más empujen, más fuerte pega el ariete y no hay intransigencia que se resista.
Hay un grupo de sevillistas que amamos la historia de nuestro Club. Que hemos conseguido grandes logros y avances maravillosos. Que hemos descubierto pormenores fantásticos que glorifican y dignifican nuestra existencia. Que hemos derrotado muchas falsas leyendas urbanas que nos tildaban como gente de la peor calaña. Le estamos dando la vuelta al calcetín de una gran mentira: la historia que había sido contada por otros.
Y nos sentimos satisfechos por eso. Pero no nos dormimos en los laureles. Seguimos en la brecha, buscando, trabajando, investigando, dedicándole horas y horas sin pedir nada a cambio. Sólo nos reconforta la satisfacción del trabajo bien hecho y la sensación de estar haciendo algo importante por una pasión llamada Sevilla Fútbol Club.
Habrá gente que no nos comprenda y que piensen que nuestro trabajo es en vano. Allá ellos. Nosotros a lo nuestro, con nuestro orgullo de ser sevillistas y empujando, siempre empujando nuestro ariete.
Que cada uno decida su postura, nosotros lo tenemos claro.
¿Y tú?
A parte de estas acepciones de nuestro diccionario, comúnmente también se utiliza para mentar a todo aquello que es capaz de empujar e introducirse en las más angostas, profundas y húmedas cavernas…Bueno, dejémoslo ahí.
En el mundo del fútbol designa, a partir de los locos años veinte, al delantero centro. Aquel que en el esquema de juego ocupa la posición central del ataque, el que lidera la línea delantera como cabeza principal de la avanzadilla y que es llamado en la mayoría de los casos a perforar la meta rival, ayudado por la inestimable labor del resto de los delanteros encargados de no cejar en el empuje.
Pero volviendo a la primera definición, veíamos como un ariete es un arma de asedio originada en épocas antiguas, usada para romper las puertas o las paredes fortificadas. En su forma más simple, un ariete es tan sólo un tronco grande y pesado, cargado por varias personas e impulsado con fuerza contra un obstáculo. El ímpetu del ariete es suficiente para dañar el objetivo. Normalmente lleva incorporada al tronco la cabeza de un carnero para aprovechar su cornamenta enroscada en forma de círculo. Hay una idea que agrupa, un tronco común, un mismo apellido, un deseo de aunar esfuerzos por una causa concreta y que establece vínculos entre todos los que colaboran en el empuje.
El ariete, repito, se utilizaba para dar cabezazos contra las murallas y sus puertas. No importaba su material; piedra, ladrillo, hormigón o cemento. Su victoria dependía de lo dura que fuera la cabeza que percutía y del número de gente que viniera empujando detrás. Con fe y con ansias de victoria el éxito estaba garantizado.
Mientras más empujen, más fuerte pega el ariete y no hay intransigencia que se resista.
Hay un grupo de sevillistas que amamos la historia de nuestro Club. Que hemos conseguido grandes logros y avances maravillosos. Que hemos descubierto pormenores fantásticos que glorifican y dignifican nuestra existencia. Que hemos derrotado muchas falsas leyendas urbanas que nos tildaban como gente de la peor calaña. Le estamos dando la vuelta al calcetín de una gran mentira: la historia que había sido contada por otros.
Y nos sentimos satisfechos por eso. Pero no nos dormimos en los laureles. Seguimos en la brecha, buscando, trabajando, investigando, dedicándole horas y horas sin pedir nada a cambio. Sólo nos reconforta la satisfacción del trabajo bien hecho y la sensación de estar haciendo algo importante por una pasión llamada Sevilla Fútbol Club.
Habrá gente que no nos comprenda y que piensen que nuestro trabajo es en vano. Allá ellos. Nosotros a lo nuestro, con nuestro orgullo de ser sevillistas y empujando, siempre empujando nuestro ariete.
Que cada uno decida su postura, nosotros lo tenemos claro.
¿Y tú?
¿Empujas con nosotros?
3 comentarios:
Dice usted, don Antonio:
"Seguimos en la brecha"
Precisamente de eso se trata, de abrir una brecha en el muro.
En el momento que eso se consigue los esfuerzos del ariete dejan de ser vanos.
La brecha sabemos que ya está abierta, y no sólo una.
Hemos abierto más de una brecha, que algunos piensen, a día de hoy, que no es más que un "desconchao", no nos desanima.
Déjemos que el resto de "invasores" haga su labor.
También sabemos que no estamos solos a la hora de empujar y que "no nos vamos a partir los cuernos en el muro".
Muchos sevillistas han empujado ya, y siguen empujando.
Había una frase por ahí que decía algo por el estilo a "que de cada cien cabezas una piensa y noventa y nueve embiste."
Nosotros lo hacemos al revés una embiste y noventa y nueve empujan.
Hay quien, al otro lado del muro, ve como tiembla la piedra.
No puedo dejar de decir que duelen duelen más las chinitas, que las murallas.
Por favor el que no empuje que nos tire chinitas para hacernos resbalar.
O empujas, o te apartas, porque te podemos atropellar, y una rueda por encima de un callo también duele.
¡Ea po toma!
Cabezazo del ariete
http://www.sevillafc.es/_www/actualidad.php?op=not&id=19516&webSFC=061d1ded4ce2f8064b2cd57ad3b8baea
Que no nos aborreguen y que empujen con nosotros, que vamos otra vez con el ariete cogiendo carrera. (Si no empujas al menos no te pongas en medio).
PD: ENHORABUENA A TOD@S POR LA COPA!!!
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