jueves, 9 de febrero de 2012

Centenario del nacimiento de Campanal I

El 9 de febrero de 1912 el Guadalquivir, ayudado de las fuertes lluvias de los días anteriores, volvió a mostrar sus escrituras y exigió su territorio. El Rio Grande de los andaluces se salió de madre y derramó su cauce por toda Sevilla.
Triana y su vega eran una laguna que llegaba hasta Camas.

También crecieron el Tamarguillo y el Tagarete inundando con sus aguas los prados de Santa Justa, San Bernardo y San Sebastián.

Continuamente se oían disparos de los vecinos pidiendo auxilio.
Balsas, carros y lanchas repartían socorros a los vecinos de Triana y la Alameda, los más afectados. 


El ministro de Fomento visitó Sevilla para comprobar in situ la situación.
Tras él, llegó el rey Alfonso XIII que no dudó en subir a la Giralda para contemplar mejor los efectos de la  riada o en recorrer en barca los lugares más afectados.

Las autoridades locales no paraban de reclamar medidas para evitar en los sucesivo estas avenidas.
Los vecinos gritaban “otro año igual, otro año igual”. 
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Ese mismo día, en un pueblo asturiano, una madre rompía aguas inundando el mundo con el llanto de un muchachote al que pusieron por nombre Marcelo Guillermo González del Río. Un mocetón que llenó de gloria y títulos al Sevilla F.C.
Guillermo Campanal; el gran goleador; el de la furia; el de la entrega; el de los empalmes de volea a la media vuelta; el de los remates de cabeza; el que acosaba a los porteros con el pecho por delante, sin volver nunca la cara y con la mirada siempre al frente.
Guillermo Campanal; el internacional, el mundialista, el sevillista. El que dijo que quería ser enterrado con la bandera del Sevilla por que este club era como su padre.
Guillermo Campanal, uno de los más grandes, el comandante de los “Stukas”, el que recogió con sus manos aquella Copa de España de 1939.
CAMPANAL I

                      

2 comentarios:

Terenti dijo...

¡Magnífico Video! Viendo las imágenes de la guerra civil, he recordado que este año se cumplen 70 años de la muerte del último de los 80 sevillanos asesinados en Mathausen. ¿Cuántos de ellos serían Sevillistas? El caso es que da igual, ya que simplemente eran personas. Eso sí, sin pretenderlo (evidentemente), murieron por defender una serie de valores que se asemejaban mucho a aquellos que vieron nacer a nuestro Club, un club social, liberal, interclasista y democrático.

Por cierto, casi (solo casi) mejor aun la banda sonora con Sultans of Swing, tema del que guardo en VHS la que para mí es la mejor versión que se ha podido escuchar, con Eric Clapton y un sublime saxo en el 25 aniversario del encarcelamiento de Nelson Mandela, hace ya casi 20 años. Está a su disposición.

Cornelio dijo...

Extraordinario.

Y la Berlinale dándeloe osos a cualquiera