domingo, 22 de agosto de 2010

El partido de Messina visto por un troll.

Un troll o trol es un vocablo de Internet que describe a una persona que sólo busca provocar intencionadamente a los usuarios o lectores, creando controversia, provocar reacciones predecibles, especialmente por parte de usuarios novatos, con fines diversos, desde el simple divertimento hasta interrumpir o desviar los temas de las discusiones, enfadando a sus participantes y enfrentándolos entre sí. El troll puede ser más o menos sofisticado, desde mensajes groseros, ofensivos o fuera de tema, sutiles provocaciones o mentiras difíciles de detectar, con la intención en cualquier caso de confundir o provocar la reacción de los demás. (Wikipedia)

Esta tipología de individuos que pululan por internet es sobradamente conocida y está más que estudiada. Podríamos incluso extrapolarlos a la vida cotidiana. Suelen ser personas con baja autoestima y tremendamente acomplejadas.

Para mucha gente, la característica distintiva del comportamiento de un troll es la percepción del intento por trastornar a la comunidad de algún modo: escribir mensajes incendiarios, sarcásticos o humorísticos destinados a arrastrar a los demás usuarios a una confrontación infructuosa. Cuanto mayor sea la reacción de la comunidad, más probable será que el usuario vuelva a comportarse como un troll, pues irá creyendo que ciertas acciones logran su objetivo de provocar el caos. Esto ha hecho que surja el protocolo a menudo repetido en la cultura de Internet: «No alimente al troll» (Wikipedia)

Satirizando los tipos de trolls nos encontramos aun viejo conocido; el troll tikismikis o sapientín, que se dedica a mirar todo en busca de fallos o apariencias de los mismos que despierten sus más bajos instintos. Niega lo obvio y encumbra banalidades hasta hacerlas auténticos dogmas de fe. Arrima el ascua a su sardina intentando aprovechar descubrimientos, afirmaciones y trabajos ajenos, para darles un giro copernicano llevándolos a su terreno con interpretaciones fuera de contexto y sin el más mínimo sentido común.

Aunque los protocolos de internet aconsejan no darles de comer, que quieren que les diga, a nosotros nos divierte que los trolls “histéricos” alimenten nuestras ansias de disfrute. A algunos les puede parecer que somos malos malísimos, pero que quieren que les diga, nadie es perfecto.

El 28 de diciembre de 1908 la tierra se estremeció en el sur de Italia.
Nos ocuparemos en otro momento de esta noticia que alcanzó un calado internacional. Un terremoto de grandes proporciones, acompañado de un tsunami, sembró de victimas y horrores la región italiana de Calabria y la isla de Sicilia.
En el mundo entero, los actos solidarios y benéficos no se hicieron esperar. El Sevilla Football Club organizó un partido para recaudar fondos destinados a los damnificados de la tragedia …
Y ahora, alimentemos a los trolls.
¿Fue realmente el Sevilla F.C. quien organiza y disputa ese partido frente al Recreativo de Huelva que se jugó, en el Hipódromo de Tablada, el 31 de enero de 1909?

En los días posteriores al partido toda la prensa nacional se hace eco de la noticia.
Diario ABC de Madrid.
El Liberal.
La Correspondencia Española.

La Época.
La Vanguardia.
El Mundo Deportivo.

En ningún artículo se menciona al Sevilla F.C. Se habla del “team” de Sevilla, del bando de Sevilla, de la Sociedad de Sevilla, del equipo de Sevilla, del Club de Sevilla, etc, etc.
A nuestro troll no le importará que los jugadores fuesen socios del Sevilla F.C, ni que el presidente fuese el del Sevilla F.C., ni que en las camisetas aparezca el antiguo escudo del Sevilla F.C.
Nuestro troll, fanática y obsesivamente, sólo se quedará con la machacona idea de que si no pone Sevilla F.C., aunque todas las evidencias así lo confirmen, ese equipo no era el Sevilla F.C.
El troll, llegados a este punto, comenzará a levantar sus proclamas apocalípticas y definitivas. Creará su propia historia atentando contra los más elementales principios de la investigación. Sus grandilocuentes palabras cegarán a sus seguidores y todos, tras el “descubrimiento” de la pólvora, dormirán tranquilos, a eso de las tres de la madrugada.

El troll y sus seguidores serán entonces felices, y reirán a mandíbula partida con un JA-JA-JA compulsivo y medio esquizofrénico.

A continuación, se le aportan al troll otras evidencias, otras noticias incuestionables.

Diario Sevilla.



La Provincia (Huelva).

Ahora el troll se siente acorralado, y como un toro cegado por la oscuridad de los chiqueros tras salir al ruedo, arremete contra todo lo que se mueva. Cambiará el discurso, abrirá la boca y comenzará a vomitar improperios; ¡¡ falso, ignorante, manipulador, mentiroso, embustero, odiador, indocumentado!!, y mil cosas más por el estilo. De su estilo.

Así funcionan los trolls, estos tipos de trolls.

Calumnia y miente que algo queda, dice el dicho. Probablemente el troll piense lo mismo.

A veces, al troll se le presentan argumentos que le afectan a su vanidad y su orgullo, y entonces queda como aletargado y rendido. Sólo es una mera apariencia. Seguramente estará rumiando su derrota y maquinando un nuevo ataque. Si es que puede...

NOTA; este post y su contenido es un mero ejemplo ilustrativo de como puede actuar un troll histérico en casos similares. Cualquier parecido con la realidad es pura coincidencia y producto de mentes malintencionadas. :D

3 comentarios:

Alexis Correa dijo...

Magnífico post. Mi más sincera enhorabuena. Un saludo.

Guardianes de la Memoria dijo...

Qué me gustan estos post. Es de esos verdaderamente con sentido pedagógico y de los que aprendemos, que conste, además disfrutando como cosacos.

Su lectura nos proporcionará con toda seguridad algunas claves para entender cómo se pensaba en alquella época sobre estos asuntos del sport.

Felicidades Antonio.

Anónimo dijo...

Grandioso.
Lo mejor el final.

Miguel (ASR)