Aquí vengo Antonio, de cumplir una vez más con el rito.
Vengo de brindar por ti como cada jueves de feria.
¿Recuerdas? fue un jueves de Feria, y no otro día, cuando desempolvaste de un zurdazo muchos años de adversidades y penas, devolviéndonos rejuvenecidos, antiguos laureles ya marchitos por el paso del tiempo.
Gracias de nuevo, porque sabes que te seguimos estando eternamente agradecidos.
Presidente, la historia de tu club te está esperando.
Comandaste la copa que vino desde Glasgow por el Guadalquivir, y otras muchas.
Escocia se congració contigo y te da otra oportunidad de engrandecer la Historia de tu club, proclamando su auténtico origen.
Han pasado 123 años y podrán pasar más, pero el reconocimiento de la fecha del 25 de enero de 1890 es un camino sin vuelta atrás.
Tú lo has dicho “el Sevilla será lo que los sevillistas quieran que sea.”
Un club serio y señor no hace las cosas a la ligera.
El Sevilla Fútbol Club, con su presidente y el Consejo de Administración a la cabeza, se ha tomado muy en serio la historia de nuestro club.
Últimamente se han dado pasos muy importantes en los descubrimientos relativos a nuestra constitución.
Desde dentro, el Área de Historia del Sevilla Fútbol Club, presentó una amplia documentación al presidente.
La comunidad académica, reunida en el Paraninfo de la Universidad de Sevilla llegó a las siguientes conclusiones:
1).- Que no puede afirmarse categóricamente que la ausencia de noticias deportivas sobre un club en la prensa de finales del siglo XIX y principios del XX equivalga a su desaparición. El deporte apenas si tenía presencia en los Ecos de Sociedad, y eso sólo cuando la clase social de sus miembros lo merecía. En Sevilla, el hecho de que el fútbol fuese una actividad practicada mayoritariamente por extranjeros y de forma semiclandestina dificultaba el conocimiento y el interés del periodismo, al no ser noticiable. Los datos que se conocen fueron publicados en la prensa no sevillana y extranjera.
2)- Que el registro de los clubes en el Gobierno Civil no condicionaba su nacimiento. Se trataba de un trámite de naturaleza meramente declarativa y no constitutiva. Clubes de fútbol nacidos en el siglo XIX en España, en ciudades como Huelva, Sevilla o Barcelona, no se inscribieron en el Registro hasta comienzos del siglo XX, en 1903 y 1905 respectivamente. Su proceso fundacional, desde el punto de vista jurídico, sigue un patrón idéntico, en los tres casos y, por lo tanto, debe seguirse el mismo criterio para todos en cuanto al reconocimiento de su antigüedad.
3).- Que el Sevilla F.C. se fundó el 25 de enero de 1890 por británicos y españoles. Desde ese instante, como cualquier sociedad de su tiempo, combinó periodos álgidos de actividad con otros sin rastro de noticias públicas. A partir de 1900 son constantes las informaciones sobre su recuperación con el mismo nombre y filosofía, en un proceso que transita desde las elites británicas a la ilusión regeneracionista, y que culmina el 14 de octubre de 1905, pero que es pilotado por las mismas personas e instituciones de siempre: el Vice-cónsul Johnston, los Langdon (padre e hijo), familiares y socios de negocios mutuamente vinculados, José Montes Sierra, la Naviera MacAndrews, la Sevilla Water Works y, sobre todo, su entidad nodriza, el Círculo Mercantil e Industrial de Sevilla.
4)- Que según todos los datos expuestos, el Sevilla F.C. nacido en 1890 es el mismo club que el Sevilla F.C. actual. El club sevillista no fue el primero en constituirse, por tanto, no es el Decano del fútbol español ni pretende serlo, siendo ello un honor muy respetable que corresponde a otros, y que desde aquí ni se pone en duda ni se quiere polemizar. El hecho de que se haya tardado más de cien años en poder acreditar su antigüedad decimonónica no debe privar al Sevilla F.C. del debido reconocimiento que la Historia le tenía reservado.
“Que la Universidad de Sevilla y el catedrático de Historia, Rafael Sánchez Mantero, unidos a este reputado historiador del fútbol como Vicent Masià o el periodista de ABC, José María Aguilar, ganador del último premio José Antonio Blázquez que entrega el Sevilla FC anualmente, y con el profesor de Derecho Mercantil, José Manuel García-Quílez oficialicen a través de los datos que hoy se han dado aquí, el nacimiento del Sevilla FC, debe vanagloriarnos a todos los sevillistas. Yo he dicho muchas veces desde que llegué a ser presidente que el Sevilla será lo que los sevillistas quieran que sea. El equipo de Historia del Sevilla FC y refrendados por el catedrático Sánchez Mantero ha hecho un trabajo que solo se puede hacer desde el conocimiento y el sentimiento. Ellos solo saben las horas que le han dedicado para que estos datos que se han descubierto y que me entregaron en un amplio dossier hace un par de semanas vean la luz en próximas fechas, tendrán el apoyo del Sevilla FC para hacerlos llegar a cuantos organismos sean necesarios, a fin de que se pueda constatar la fecha exacta del nacimiento del Club”.(José María del Nido Benavente, presidente del Sevilla Fútbol Club S.A.D. al cierre de la I Jornada “Historia y Deporte” en el Paraninfo de la Universidad de Sevilla).
“Será lo que los sevillistas quieran que sea”
Presidente, los sevillistas queremos ser de 1890, nos lo merecemos y queremos serlo bajo tu presidencia. Igualmente te lo mereces por el impulso que le has dado a la Historia del club.
Miren la foto. Contémplenla y
disfruten de sus matices, de sus proyecciones, de sus silencios y
suspiros.
Se juega el primero de los dos partidos
para disputarse la Copa marqués de Benamejí frente al Recreativo de
Huelva. Terminó tres a cero para los sevillistas.
En la imagen posan el guardameta Paco
Diaz, inventor de la “zamorana” y que una vez escribió “yo soy
Paco Díaz el rey de las porterías”, y junto a él; kinké.
Estamos en el campo del Mercantil, junio
de 1917. Delante de la grada se disponían varias filas de sillas; el
banco de pista. Cuajado de mujeres.
Les dejo para que diserten sobre los
elementos de la escena; el niño vestido de marinero; el chavalote de
las manos en los bolsillos; los canotiers; las caras de
admiración; el abrazo de orgullo y
satisfacción de Paco Díaz al ídolo; la barandilla de madera del campo; el
otro niño que sonríe; la señora que parece comer pipas o se tapa
la boca para que no se le vea la mella…o el propio Armet, más
chulo que un ocho con los brazos cruzados y apoyado en el tablón.
Juanito Kinké fue un sevillano que
equivocó su lugar de nacencia y comenzó esto de vivir allá por
tierras catalanas, pero que respiraba y sentía como nacido a la
sombra de las velas de la calle Sierpes.
El periodista Luis Andrés publico en
1923 en el diario La Libertad una extensa entrevista en la que se
puede leer;
-“Kinké” es el presidente de los
“castigadores” sevillanos.
Lo creemos pronto. Unos amigos meten
mano en un bolso del gran delantero y nos invitan a leer una carta.
Nos negamos: pero insisten con ese especial impudor andaluz que hace
de la amistad un culto fanático, y el mismo “Kinké” nos repite
que la leamos. Ante la insistencia, nuestra delicadeza se limita a
leer las partes que suelen ser más sustanciosas de las cartas
femeninas (el encabezamiento y la despedida) y, a través de una
bella letra de mujer, reconocemos en Araceli una admiradora
vehemente.
***
-¿Sus aficiones personales?
-Las mujeres y el baile.
-¿Qué clase de baile, “kinké”?
- De todo, en chulo, en fino…: tengo
un extenso repertorio, a gusto de la consumidora. (Passez le met).
***
Pudo, sí, nacer en Barcelona; pero hoy
“Kinké” se ha asimilado al andalucismo, es espiritualmente de
“allá abajo”, frívolo, alegre, indolente, amable. Perdonémosle
esa vida tan contraria a la de los profesionales ingleses, porque
aquel sol es un incentivo y tiene allí muchos meses la primavera,
con ese estimulante olor a hembra, que es la mejor presea del Madrid
vernal. ¿Para qué la fortaleza del “sport” sino para las dos o
tres locuras que es la vida, como dice Bernard Shaw? Es apenas
resistible por la humana contextura el hechizo de una hermosa
sevillana, pasional y ensoñadora, dulce y vibrante, que pone por
divisa en las gentes mozas este soberbio alejandrino que Manuel
Machado esculpió, más que escribió, en su “Adelfos” glorioso:
“Tengo el alma de nardo del árabe
español”.
Y ahora volvamos a nuestra imagen.
Recortada y ampliada. Vean la escena.
La joven del vestido claro está
ensimismada en el centro delantero. Con sombrero oscuro y con zapatos
de tacón cual Penélope sentada en su banco de pista le clava su
mirada. Él la ignora pero sabe que está allí. Sonríe sin mirarla.
Ella aprieta el cigarro sobre su pecho.